El proyecto de ley para reformar la ley de ciudadanía que aprobó el parlamento a final de 2015, por fin ha sido incluido en la agenda para su aprobación por el Senado, tras recibir mucha oposición de partidos de centroderecha, como Lega Nord, que intentó frenarla proponiendo más de 8000 enmiendas. La reforma es muy importante pues plantea que la ciudadanía no dependa del ius sanguinis, como hasta ahora, sino del ius soli. Este supondría un cambio importante para más de un millón de personas nacidas, criadas y educadas en Italia pero consideradas extranjeras porque sus progenitores lo son.