El Centro de Estudios para la Paz (CMS por sus siglas en croata), organización miembro de Liberties, ha publicado los resultados de una investigación realizada por Ipsos con una muestra representativa nacional de 975 ciudadanos croatas. La investigación es la misma que la que publicó en 2013 y muestra un cambio de actitudes hacia los extranjeros, las minorías, los migrantes y los refugiados en los últimos cuatro años, un período en el que se han vivido muchos cambios, tanto en Croacia como en Europa, debido al aumento del número de refugiados que han llegado.
Desconfianza creciente
Hay un aumento notable de encuestados con actitudes negativas hacia los extranjeros y hacia su patrimonio cultural. Por ejemplo, en 2013, el 29.8% suscribía de algún modo la afirmación "No me siento cómodo cuando estoy en contacto con extranjeros que se mudaron a Croacia". Este año, la cifra ha aumentado a un 41.5%. Del mismo modo, hace cuatro años el 20.9% estaba de acuerdo en cierta medida con la afirmación "Para ser miembros aceptados de nuestra sociedad, los inmigrantes extranjeros deberían abandonar su cultura"; hoy, el 27.5% de los encuestados está de acuerdo en cierta medida con la misma. El estudio también refleja que la mayoría de los encuestados tienen actitudes restrictivas hacia la inmigración de refugiados y hacia cómo Croacia debería abordarla.
"Más de la mitad de los ciudadanos [croatas] creen que hay un número significativo de terroristas entre los refugiados, y cerca de dos tercios creen que deberían regresar a sus países cuando la guerra haya terminado. Además, la mayoría de ellos piensa que los hombres jóvenes deberían haberse quedado en Siria para luchar, y que los refugiados deberían ir a países culturalmente más similares", señala Mirna Cvitan de Ipsos.
También resultan de interés las opiniones de los ciudadanos sobre si los miembros de ciertos grupos nacionales, religiosos y políticos representan un peligro para Croacia (véase amenazas a la seguridad de los ciudadanos y a sus propiedades o amenazas de tipo político o cultural). Hace cuatro años, el 40% de los encuestados calificaron a los romanís de manera más negativa en relación a los tres elementos; esta vez fue alrededor del 25%.
También se puede observar una tendencia similar en el caso de los serbios que viven en Croacia: en 2013, entre el 26 y el 37% de los encuestados tenían actitudes negativas hacia los serbios. Este año, estos porcentajes han bajado a entre 22 y 28%. Aunque resulta muy preocupante que los solicitantes de asilo sean vistos como la amenaza principal, el porcentaje de ciudadanos que tiene una actitud negativa hacia ellos no ha cambiado significativamente y es alentador que los encuestados sin actitudes negativas hacia ninguno de estos grupos sean mayoría.
Los políticos deben escuchar a sus ciudadanos
Europa cada vez se cierra más hacia la migración y la xenofobia no cesa de aumentar, algo intolerable para cualquier sociedad que se dice progresista, por eso es muy importante que las instituciones estatales y otros actores trabajen seriamente para frenar estas tendencias negativas.
"Es necesario que se diseñen políticas públicas basadas de verdad en los datos disponibles, pero que además se apliquen diligentemente en la práctica. La introducción de la educación cívica sería una necesidad en ese sentido. También es preciso que se lleven a cabo campañas a nivel local cuidadosamente pensadas yque se trabaje con los medios, que tienen un papel importante en la formación de la opinión pública. La mayoría de la gente en este país ni odia ni teme a nadie, y ese es el mensaje que las elites políticas deben escuchar, comprender y tomar como base de su actuación", señaló Sara Lalić del CMS.