Los periodistas de investigación en Serbia reciben amenazas frecuentes e intimidaciones por parte de los funcionarios públicos. Recientemente, el ministro de Defensa Aleksandar Vulin llamó "drogadicto" a un periodista de la red de investigación KRIK. Le acusó de haber recibido dinero extranjero tras un informe donde se investigaba el dinero obtenido para comprar un piso. A un periodista de Blic le rompieron el coche y le robaron su portátil. A la periodista Dragana Pećo le destrozaron su apartamento mientras investigaba sobre corrupción. Se acosa a los periodistas para silenciar los medios.