Una de las formas de asegurarnos de que nuestros políticos actúan a favor del bien común es obligándoles a comparecer de forma regular. Queremos saber qué elecciones están tomando para cuidar la salud colectiva y en base a qué criterios han tomado sus decisiones. Si cometen un error, queremos saber por qué y qué harán para evitar que vuelva a suceder. Y queremos que nos expliquen qué deberíamos hacer para frenar la propagación del virus y mantener a nuestros seres queridos a salvo.
Mantener informada a la sociedad
Por eso es tan importante contar con unos medios de comunicación independientes. Cuando la prensa tienen libertad para realizar su trabajo e informar de forma independiente, puede proporcionar información fiable. Durante la pandemia, uno de los papeles que debe cumplir es difundir la información de nuestros gobiernos y servicios de salud para que todos conozcamos las reglas de la cuarentena o cómo debemos hacernos las pruebas.
Lograr que se responda a nuestras preguntas
Pero la libertad de prensa no solo consiste en pasar la información del gobierno al público. El trabajo de los periodistas también es lograr que los ministros expliquen sus elecciones, e informarnos sobre las distintas opciones disponibles. Por ejemplo, en las conferencias de prensa de nuestros gobiernos, los medios nos representan haciendo preguntas que queremos que se respondan y obligando a los políticos a decirnos la verdad. Esto resulta especialmente importante en tiempos como los que estamos viviendo, en los que nuestros líderes están tomando muchas decisiones que afectan nuestro bienestar.
Estas cuestiones son tan importantes que las hemos recogido en el derecho humano a la libertad de expresión e información. Este derecho es fundamental para que nuestras democracias funcionen adecuadamente pues permite que la sociedad esté informada sobre cómo las autoridades emplean el poder que les hemos conferido.
Ataques a la prensa
En algunos países de la UE, los gobiernos están dificultando mucho el trabajo de la prensa. Por ejemplo, en algunos países están cancelando o limitando las preguntas que se pueden hacer en las conferencias de prensa. El gobierno húngaro, por ejemplo, cuando celebra una conferencia de prensa, exige que los periodistas envíen todas sus preguntas antes de que empiece la misma. Por lo que si mienten, resulta imposible que los periodistas les hagan preguntas adicionales para averiguar la verdad. Los gobiernos de Eslovaquia y República Checa han parado sus conferencias de prensa durante la pandemia.
Estos gobiernos alegan que han restringido las ruedas de prensa por seguridad durante la pandemia. Pero claramente es una excusa, resulta perfectamente posible que los periodistas interroguen a los ministros sin estar en la misma sala. Todos lo sabemos, pues todos estamos teniendo conversaciones a través de internet o videoconferencia. En realidad, estos gobiernos no quieren que sus ciudadanos puedan comprobar si están haciendo bien su trabajo.
Otra forma de dificultar el trabajo de la prensa es declarando públicamente que no debemos confiar en los periodistas. En algunos países, como Hungría, República Checa, Estados Unidos o Brasil, los líderes políticos han atacado a los canales de noticias independientes y fiables, acusándoles de publicar "noticias falsas", simplemente porque no les gusta que se les critique en la prensa.
Esto es un problema, pues como consecuencia mucha gente deja de confiar en los medios de comunicación serios y hace que sea menos probable que lean o vean noticias fiables. Y sabemos que es importante disponer de unos medios libres e independientes que garanticen a la gente la información que necesita para mantenerse a salvo y para que conozcan las decisiones que toman los gobiernos.
Cómo manejarse ante información falsa o tergiversada
Por supuesto, hay algunas agencias de noticias que tratan de difundir información falsa y tergiversada. Esto se llama a menudo "desinformación". Y es peligroso. La información sobre falsas curas y remedios puede suponer un peligro para la población. Las teorías de conspiración falsas que acusan a un país concreto de ser responsable del virus pueden provocar que enfrentamientos internos en distintas comunidades, cuando lo que necesitamos es trabajar juntos.
En Hungría, una nueva ley permite que el gobierno encarcele a periodistas por difundir información falsa. Esta no es la respuesta correcta. Primero, porque tratar de censurar la información falsa no impide que se extienda. La información se comparte hoy en día tan rápidamente a través de redes sociales como Twitter y Facebook que es difícil de detener. Segundo, porque permite que un gobierno encarcele a los periodistas solo por criticarlos. En Hungría quedan ya muy pocas agencias de noticias independientes, y el gobierno a menudo trata de desacreditarlas diciendo que sus noticias son falsos. Es obvio que la nueva ley pretende impedir que los periodistas independientes informen sobre los errores que comete el gobierno.
La mejor forma de evitar la desinformación y que se engañe a la población, es que el gobierno apoye unos medios libres e independientes. De esta manera la gente siempre sabrá a dónde acudir para obtener información fiable. Un gobierno puede apoyar los medios de comunicación de diversas formas. Para empezar, puede responder a las preguntas de los periodistas y dejar de atacar a las agencias de noticias independientes. Además, debe garantizar que los medios de comunicación públicos cuenten con los recursos necesarios para poder hacer su trabajo correctamente e informar de forma fiable, y sobre todo, no debe tratar de influir sobre lo que dicen los periodistas.
Una prensa libre nos mantiene sanos
Podemos recurrir a nuestro derecho a una prensa libre para asegurarnos de que nuestro gobierno vela por el bien común. Los periodistas nos mantienen informados con los últimos consejos médicos. También explican las distintas posibilidades de actuación y obligan a que los políticos nos expliquen en base a qué han tomado sus decisiones, lo que ejerce una presión que sirve para que nuestros representantes tomen decisiones a favor del bien común.