Según el
presidente checo, Miloš Zeman, los refugiados islámicos no obedecerán
las leyes y prácticas checas. En su declaración, que generalizó a todos
los inmigrantes, el presidente Zeman dijo que los refugiados respetarán
la ley islámica, de tal suerte que las mujeres infieles serán apedreadas
y a los ladrones se les cortarán las manos. También se refirió a la
crisis actual, afirmando lo siguiente: "Vamos a perder la belleza de las
mujeres, porque estarán envueltas en un burka de pies a cabeza,
incluida la cara, en la que sólo tienen una rejilla de tela".