Más de 20.000 rumanos se manifestaron en todo el país el domingo por los cambios legislativos que permitirán mayor tolerancia a la corrupción. Una de las propuestas transfiere el poder del presidente para nombrar al fiscal anticorrupción al ministro de Justicia. Los críticos temen que esto dará demasiado poder al gobierno, que es independiente del presidente. La manifestación del domingo ocurrió solo 9 meses después de las mayores protestas que se recuerdan desde la caída del comunismo, que hicieron que el Gobierno frenara sus planes de despenalización algunas formas de corrupción.