El asesinato de Idy Diene
El lunes 5 de marzo por la mañana, justo antes del mediodía, Roberto Perrone, un ciudadano italiano jubilado, asesinó a Idy Diene con seis disparos. Le contó a la policía que había pretendido suicidarse, pero que, como le faltó valor para ello, decidió disparar en su lugar a Diene, un senegalés.
La manifestación
Cinco días después del crimen, se celebró en Florencia una manifestación en recuerdo a Diene. Varios miles de personas asistieron a la manifestación antirracista, que empezó en Piazza Santa Maria Novella y atravesó el puente Vespucci -donde Diene fue asesinado- antes de volver a Piazza Santa Maria Novella.
Fue una manifestación tranquila y pacífica, que solo interrumpían los gritos de apoyo. Se escucharon gritos de "¡Justicia, justicia!" y "¡Paz, paz!" durante la manifestación.
Una ciudad unida contra la discriminación
Muchas asociaciones locales y varios representantes senegaleses han participado en la manifestación, y todos están de acuerdo en que hay que tener una postura clara y firme en contra de la violencia racial.
Durante la manifestación, el alcalde de Florencia, Dario Nardella, dio un discursoen el que proclamó el luto en la ciudad y recordó a los ciudadanos que la ciudad está en contra del racismo y de cualquier forma de discriminación.
Muchos senegaleses aprovecharon la ocasión para honrar la memoria de Samb Modou y Diop Mor, ambos asesinados en Florencia por el ultraderechista Gianluca Casseri en 2011.
Preocupación en la comunidad senegalesa
"Estamos viviendo una situación muy difícil, en los últimos siete años ha habido tres muertes en la ciudad. Tenemos miedo y la situación es tensa. Estamos intentando afrontarla, pero no es fácil", señaló Mamadou Sall, un sindicalista senegalés de 48 años que vive en Florencia.
A pesar de que los extranjeros se puedan sentir aceptados por la ciudad, creen que las instituciones deberían ser más inclusivas. Algunos dicen que incluso han comenzado a temer por sus vidas cuando caminan por la ciudad.
"Yo confiaba en este país, pero ahora tengo miedo cuando mando a mis hijos al cole, pues tengo miedo de que no vuelvan a casa", dice Nassira Kamara, una mediadora cultural de Malí. En 2011, se encontraba a escasos metros de un tiroteo que mató a dos ciudadanos senegaleses.
"Cuando escuché que Idy había sido asesinado, me fui del tabajo temprano", dijo Kamara. "Me quedé en shock, pues hace 7 años podría haber sido yo una de las víctimas. Sin embargo, tengo confianza. Tenemos que sentarnos a hablar, a entender qué ha cambiado y cómo podemos mejorarlo juntos. Aquí vivimos, trabajamos estudiamos, pagamos impuestos También somos Italia".