"¡Fuera los nazis de Brno!", gritaron unas 2.000 personas en protesta contra la concentración de la asociación nacionalista Juventud Obrera en Brno, la segunda ciudad de la República Checa.
Los múltiples intentos de los manifestantes de bloquear la manifestación provocaron una dura reacción policial contra ellos, que implicó el uso de gases lacrimógenos y balas de goma.
La marcha había sido anunciada con antelación y estaba legalizada, lo que hizo que los manifestantes contra la marcha aparecieran como infractores.
Vínculos neonazis
Según los organizadores del bloqueo, la Juventud Obrera tiene claros vínculos con los círculos neonazis. Los manifestantes contra los extremistas llevaron pancartas y carteles con consignas antifascistas, así como otras con la imagen de Gandhi, un predicador de la resistencia pasiva.
Alrededor de 200 simpatizantes radicales de Juventud Obrera y del Partido de la Justicia Social de los Trabajadores se reunieron inicialmente en la plaza principal de Brno. Según el presidente del Partido de la Justicia Social de los Trabajadores, que pronunció un discurso inaugural en la concentración, Europa tiene que defenderse frente a los inmigrantes.
Habló de las hordas de inmigrantes que inundan Europa, que, según dijo, prenden fuego a las tiendas y amenazan a los lugareños. Dijo que Europa debe asegurar su frontera mediterránea y protegerla con barcos militares, devolviendo a todos los refugiados detenidos a sus países de origen.
57 detenciones
En un principio, los opositores a los extremistas bloquearon con éxito la calle por la que iba a pasar la manifestación, lo que abrió la posibilidad de un enfrentamiento entre los dos campos. La policía desplegó fuerzas antidisturbios, policías a caballo e incluso un helicóptero, separando rápidamente a los dos grupos.
La policía detuvo a 57 personas durante la protesta. Los partidarios del bloqueo tuvieron que enjuagarse el gas lácrimógeno de los ojos y muchos sufrieron contusiones. Tras la intervención de la policía la manifestación de Juventud Obrera pudo volver a su recorrido original.
Aunque la marcha extremista estaba legalizada, algunos políticos de Brno se opusieron firmemente a su celebración, y algunos llegaron incluso a apoyar el bloqueo.
"Es una provocación flagrante, durante los días en que se conmemora el 70 aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial, organizar eventos que se remiten directamente al ascenso al poder de Hitler en la década de 1930", declaró uno de los tenientes de alcalde.
Según los organizadores del bloqueo, su resistencia pasiva se opuso a los intentos de algunos grupos de introducirse dentro del marco legal de la democracia, pero en una dirección que niega muchos de sus valores.
Los actos de desobediencia civil, de los que los manifestantes que participaron en el bloqueo son responsables legalmente, pueden ser clasificados sólo como delitos menores. Pero son también expresiones claras de una concepción liberal de la ciudadanía, de ahí que se plantee la pregunta de si la policía de un Estado democrático tiene derecho alguno a utilizar medios represivos para poner fin a los ejemplos de desobediencia civil pasiva.