Según los datos proporcionados por la Organización Internacional para las Migraciones, en los últimos 15 años casi 30,000 personas han muerto en el Mediterráneo tratando de llegar a Italia.
Muerte en la frontera
Para quienes logran llegar a Italia después de atravesar el Mediterráneo en un viaje plagado de riesgos y después de todas las durezas y dificultades que sufrieron antes de lanzarse al mar, Italia no representa el fin de sus problemas. De hecho, los que tratan de salir de Italia para buscar a sus familiares o trabajo en otros países europeos, continuar el viaje hacia el norte de Europa sigue siendo imposible: se les detiene en las fronteras internas de la UE.
Poder cruzar fronteras se convierte en una cuestión de vida o muerte. El 14 de enero, un migrante murió al electrocutarse con el techo de un tren cuando intentaba abandonar Italia. Era uno de los muchas personas que esperaban en la frontera entre Italia y Francia para tratar de entrar en Francia sin ser detenido por el control de seguridad fronterizo. Su caso es el quinto desde el comienzo del 2017 hasta hoy, de migrantes que han muerto intentando cruzar la frontera francesa en Ventimiglia. Open Migration ha documentado otros casos no solo en Ventimiglia sino también en Como y en Brenner..
"Lampedusa de las montañas"
Pero existe otra ruta que podría ser incluso más peligrosa para los migrantes: los Alpes. Muchos que ya han intentado infructuosamente cruzar la frontera por puntos más tradicionales, ahora tratan de llegar a Francia a través de pasos alpinos por las montañas.
Al inicio de esta ruta se encuentra la pequeña ciudad de montaña de Bardonecchia, que ha sido bautizada como la "Lampedusa de las montañas". El camino a través de la montaña es largo y difícil durante todo el año, pero ahora que el clima invernal está en su punto máximo, el viaje es extraordinariamente peligroso. Pero los migrantes desesperados siguen desafiándolo, pues sienten que es su única opción.
Para ayudar a quienes se enfrentan al viaje, solo hay, en ambos lados de la frontera, unos pocos voluntarios que hacen todo lo posible para evitar que la gente se muera de frío.