El Bulgarian Helsinki Committee (BHC) acaba de publicar su primera investigación centrada exclusivamente en los problemas y necesidades específicas de las mujeres presas.
La investigación se realizó en agosto de 2015 y hace hincapié en el derecho a la vida familiar, el embarazo, el parto y el cuidado de los niños en la cárcel de mujeres.
La falta de un enfoque de género en lo que respecta al encarcelamiento se debe probablemente a que la proporción de mujeres internas es pequeña (cerca del cuatro por ciento de la población total).
Separación
Debido a que solo existe una prisión para mujeres en el país, el principio legal que exige que los presos cumplan condena lo más cerca posible de su domicilio, no se puede llevar a cabo.
El aislamiento conduce a otros problemas, como un contacto insuficiente con la familia y amigos, lo que tiene un impacto negativo en la reintegración de una persona en la sociedad cuando sale de la cárcel.
Según datos de julio de 2015, 93 internas son madres de hijos menores de 18 años, y el 33 por ciento de ellas son madres solteras. Aunque la mayoría de los hijos permanecen en su entorno familiar habitual o con el compañero de la interna, el 35 por ciento de los niños son enviados con familiares, a centros de menores, con familias de acogida o a otros lugares. La separación efectiva de una madre de las vidas de sus hijos provoca mucho sufrimiento.
El derecho penal búlgaro no contiene normas específicas para la determinación de la pena para las mujeres en casos de embarazo, parto, lactancia o cuidado de los recién nacidos, y no existe alternativa a ser enviada a la cárcel o un centro de detención.
Hubo 58 embarazos controlados en las cárceles entre 2011 y 2014. De estos, sólo 11 terminaron con la puesta en libertad de las mujeres embarazadas antes del parto.
Aunque en cierto modo se han atenuado, las condiciones para las mujeres embarazadas en prisión son duras e inadecuadas para su salud y sus necesidades sociales.
Cubos
El problema más grave es la falta de instalaciones de baño en las celdas de las presas, el número insuficiente de duchas, inodoros y lavabos en los baños comunes, así como el acceso limitado al agua caliente.
A las presas con sentencias que exigen que sean recluidas en celdas cerradas por la noche, se les dan cubos para sus necesidades fisiológicas.
Otro asunto importante examinado en el informe hace referencia al derecho de las mujeres a la libertad condicional. A pesar de que el 82 por ciento de las mujeres están en la cárcel por delitos que no incluyen violencia, y el porcentaje de aquellas que cumplen condena por segunda o tercera vez es dos veces más baja que la de los hombres, los hombres obtienen recomendaciones de libertad condicional anticipada cinco veces más a menudo que las mujeres.