En lugar de gastarse el dinero en apoyar la integración de los solicitantes de asilo, el gobierno de Italia está enviando dinero, suministros y expertos a Libia para entrenar a la Guardia de Costas con el objetivo de que recojan a los migrantes antes de que puedan llegar a aguas europeas y les devuelvan a Libia.
Si los migrantes se niegan a volver, les abandonan en el agua para que se ahoguen.
Si aceptan volver, con frecuencia les torturan y matan. Somos literalmente cómplices de tales torturas y asesinatos: algo que debería quitar el sueño a todos y cada uno de los europeos.