El 12 de octubre, Facebook anunció que estaba actualizando su política sobre el discurso de odio para prohibir cualquier contenido que niegue o distorsione el Holocausto.
Creemos que las opiniones deben ser libres a menos que cumplan con la definición legal de discurso de odio. La educación y el debate, y no las prohibiciones, son las herramientas adecuadas para combatir el odio.
Algunas figuras políticas apoyan teorías de conspiración antisemitas. Esto hace más daño daño que el hecho de que una persona cualquiera publique una información histórica falsa.
Lo que hace falta es más educación sobre lo que ocurrió: en los colegios, en los discursos de las figuras políticas, en documentales y libros. Y también formar a la gente para que aprenda a contestar discursos nocivos: un método probado y efectivo para disipar las teorías de la conspiración y demás mentiras a través del diálogo.
Hay momentos en los que la negación del Holocausto debería estar prohibida: cuando cumple la definición legal de discurso de odio. Es decir, cuando incita a la violencia o al odio. Pero silenciar la negación de hechos históricos no es la solución. En lugar de ello, deberíamos educar a quienes se han creído las mentiras.