"El parto no solo es importante para las mujeres, sino para todos nosotros, es decir, para los tres o cuatro varones presentes hoy aquí", dijo el moderador al inicio de la mesa redonda sobre las prácticas de maternidad, que tuvo lugar el 25 de septiembre en la Cámara de Diputados.
El debate se centró principalmente en la situación de las comadronas en el sistema de salud checo y en el consentimiento informado de los progenitores. El propio moderador estaba incluido entre los "tres o cuatro hombres" presentes. No solo faltaban los políticos varones, también hubo una notable ausencia masculina entre los profesionales de la salud.
Hace falta más diálogo
Debido a que en la política checa existe un predominio de hombres, el país no ha debatido temas como la humanización de la obstetricia o la política familiar, señaló la diputada Nina Novákova (TOP 09). Al comienzo del debate, presentó una nueva plataforma de políticas que atraviesa todo el espectro político para "llevar a cabo un diálogo constructivo sobre cuestiones relacionadas con la mujer entre todos los políticos, independientemente de su afiliación política".
El memorándum de cooperación interpartidista logró la firma de muchos políticos, entre otros, Nina Novak, Lucia Zachariasova (Partido Verde), Lydie Bartosova (Partido Pirata) o Jana Duchkova (KDU-CSL).
Las políticas presentes discutieron la posición de sus partidos, pero todas coincidieron en la necesidad de que la obstetricia checa se reforme y en dar una mayor variedad de opciones a los progenitores para que puedan elegir cómo quieren dar a luz.
El consentimiento informado no es una firma
En 2010, el Comité de Naciones Unidas para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer instó a República Checa a que garantizara la libertad de elección de las mujeres en cuanto al lugar y a la forma de dar a luz. Sin embargo, según varias organizaciones que trabajan en el campo de los derechos de maternidad, el Estado todavía no sigue esta recomendación. Los progenitores siguen recibiendo atención sin su consentimiento y todavía siguen sometidos a algunas prácticas que desaconseja la Organización Mundial de la Salud, como la episiotomía de rutina o la separación de la madre y el bebé al nacer.
"En República Checa, el médico presenta sus decisiones, y la madre simplemente lo suscribe con su firma. Sin embargo, el consentimiento informado no es una recogida de firmas, sino una decisión informada de las mujeres sobre las alternativas propuestas", criticó Sandra Paskova de la Liga de Derechos Humanos. Pero a a vez, la legislación checa regula la asistencia sanitaria con un consentimiento informado obligatorio.
En los países occidentales, las comadronas acompañan a las mujeres embarazadas desde el comienzo del embarazo hasta el final del puerperio, lo que se considera una práctica normal, no una alternativa excéntrica. Las comadronas checas trabajan o en hospitales o con su propia licencia, cuya adjudicación se decide sobre la base de demandas a menudo absurdas a nivel regional