A pesar de la decisión del Órgano de Coordinación para el Análisis de Amenazas de Bélgica, de reducir el nivel de amenaza terrorista de 3 (grave) a 2 (medio), el gobierno ha decidido mantener la presencia de los soldados en las calles. Esta decisión conduce a una normalización de su presencia. Tres asociaciones, incluida la Liga Belga de Derechos Humanos, consideran que su presencia alarmante e ilegal. Estas tres asociaciones han manifestado sus quejas a los gobernadores de las provincias de Amberes, Lieja y Bruselas, que aún tienen soldados en sus calles.