¿Qué está pasando en Lesbos? ¿Es realmente una solución el enfoque basado en los "puntos calientes"? Para buscar respuestas a estas preguntas, Open Migration viajó a Grecia para visitar el Campo de Registro de Moria.
Open Migration va a Lesbos
No solo es un sitio web, sino un proyecto con un objetivo: Open Migration es una plataforma que proporciona datos, información y diferentes puntos de vista sobre las migraciones. El objetivo de Open Migration consiste en proporcionar cifras, infografías e ideas sin que se contaminen de prejuicios y estereotipos.
Así que, partiendo de la idea de que la migración es un itinerario, un viaje a través de diferentes preguntas, razones y derechos, decidimos viajar nosotros mismos: nos fuimos a Lesbos, una isla griega que, en los últimos meses, ha visto cómo llegaba un flujo creciente de personas que huyen de la guerra, la violencia y las persecuciones en sus países de origen. Los migrantes, personas que necesitan protección internacional y que sueñan con una nueva vida en Europa.
En Lesbos, vimos personas que luchan para llegar a las costas europeas, jugándosela en una peligrosa travesía a bordo de embarcaciones inseguras. Una vez que llegan a Grecia -los que lo hacen sanos y salvos- comenzará un viaje nuevo y diferente, que empieza con una parada en los puntos de acceso o hotspots, centros de acogida gestionados por la UE en los Estados miembros de primera línea como Italia y Grecia, destinados a la identificación y la toma de huellas dactilares de los inmigrantes y refugiados.
Dentro del campo
Pero, ¿cómo funcionan estos lugares? ¿Cómo hacen para respetar sus derechos a ser informados y a recibir asistencia legal? Nos las arreglamos para entrar en uno de los puntos de acceso más importantes de Europa, el Campo de registro de Moria, en Lesbos.
A solo 5 kilómetros de Mitilene, la ciudad más importante de la isla, bajo la vigilancia de la policía griega y de los agentes de Frontex, Moria es todo menos un lugar acogedor.
Antigua base militar, dividido en dos partes diferentes (la de habla árabe y la que no), Moria tiene una capacidad para 400 personas, pero en los últimos meses ha llegado a recibir hasta 2000 refugiados al día.
Llegados
desde las playas, donde se les ha prestado ayuda, se les ha alimentado y
proporcionado calor, los migrantes en Moria forman largas colas al
objeto de ser registrados. Es lo primero que tienen que hacer, y causa
estupor conocer que algunas colas pueden llegan a durar 24 horas
ininterrumpidas.
Las instalaciones sanitarias son absolutamente insuficientes, la mayoría de las personas se queda fuera, sentada en el suelo, y hay tiendas de campaña improvisadas para las familias. Si alguien pierde su lugar en la cola tiene que volver a hacerla por el final, por lo que apenas se mueve nadie. A veces el registro se interrumpe, cuando por su parte las autoridades del campo intentan sobrellevar la situación.
Desesperación
Algunos hombres que estaban en la cabeza de la cola cuando visité Moria, llevaban allí11 horas. Están agotados, pero esperan, porque cualquier cosa es mejor que estar afuera, en peligro, en las montañas o en el mar.
Saben que, si tienen papeles y están registrados, se les dará el permiso para llegar a Atenas. A partir de ahí, intentarán llegar a la frontera con Macedonia y luego viajarán a otros países europeos.
En las playas, en los botes de goma, se puede ver su esperanza. En el campo, se observa solo el cansancio, la desesperación y una sensación de incertidumbre.
ACNUR, Save the Children, Médicos sin Fronteras y otras organizaciones intentan hacer frente a esta cantidad de personas y sus necesidades. Pero no es en absoluto fácil ayudar a tanta gente en un lugar como Moria.
"Bienvenidos a Europa"
En septiembre pasado, los Estados miembros de la UE dijeron que los puntos de acceso eran una buena solución para los inmigrantes y los países europeos. Los puntos de acceso designados serían clave para la tarea de reubicación de refugiados procedentes de las zonas de guerra y para filtrar a aquellas personas que han cruzado el Mediterráneo en busca de mejores condiciones económicas. El "enfoque basado en puntos de acceso" facilitaría asimismo la devolución de los "inmigrantes irregulares".
Pero no estamos seguros de que esta pueda ser una verdadera solución, teniendo en cuenta la completa falta de apoyo con la que se encuentran las personas que llegan allí, aparte de la comida y de los papeles.
Este es un video (grabado con una cámara oculta por Federica Mameli) del Campo de Moria, tal y como es ahora, en febrero de 2016.
Si ves el video, no podrás llamar a la situación actual una "bienvenida a Europa".