El gobierno húngaro intensifica la represión contra las organizaciones de la sociedad civil a pesar de las crecientes críticas internacionales: el primer ministro Viktor Orbán ordena a los servicios de espionaje que investiguen a las ONG del "imperio Soros" que son críticas con su política. Esta medida se produce meses antes que Orbán se presente a un 4º mandato como primer ministro. Declaró en la radio nacional que una red de grupos e individuos financiados por el multimillonario G. Soros está tratando de que Hungría "sea condenada, estigmatizada y obligada a cambiar su política migratoria".