Italia sigue detrás de la mayoría de los países europeos en cuanto a derechos LGBTI. Las parejas del mismo sexo y las familias no encuentran reconocimiento ni protección legal. Por ello, el que un juez del Tribunal de Menores de Roma aprobara la adopción de una niña por parte de la compañera de toda la vida de su madre merece una celebración especial. Hay un juez en Roma, podría decirse. Pero aún no es más que un pequeño paso, ¿cuánto tenemos que esperar para la igualdad de trato hacia las parejas y progenitores gays, para que dejen de ser algo extraordinario y sean algo normal?