Una mujer de Nijmegen solicitó su documento de identidad y carnet de conducir con fotos en las que salía con un colador en la cabeza. Según ella, el colador es un símbolo sagrado del pastafarismo, un movimiento social que, según sus seguidores, es una religión "como cualquier otra".
El alcalde de Nijmegen se negó a proporcionar los documentos solicitados porque la cabeza de la mujer está cubierta en las fotos, lo que implica que no cumple los requisitos legales.
¿Una religión?
El Consejo de Estado tuvo que decidir si el pastafarismo es una religión, pues solo es posible solicitar un documento oficial con una foto en la que la cabeza esté cubierta si la persona solicitante puede demostrar que se lo exigen razones religiosas. En opinión del Consejo de Estado, esto no es así en el presente caso.
De acuerdo con el Consejo de Estado, el componente satírico del pastafarismo domina hasta tal punto el movimiento, que no cumple los requisitos de "persuasión, seriedad, coherencia e importancia". Estos criterios fueron formulados por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y sirven para calificar si un conjunto de opiniones puede ser considerado una religión. En concreto, el pastafarismo carece de la seriedad y coherencia necesarias y, por lo tanto, no puede considerarse una religión.
El Consejo de Estado reconoce la importancia de expresar una crítica satírica de los dogmas e instituciones religiosas, pero dijo que esa crítica, aunque esté vinculada a la religión, no puede considerarse en sí misma una filosofía protegida por la libertad de culto.
¿Qué
es el pastafarismo?
Los pastafarianos sostienen que el mundo fue creado por un monstruo invisible de espaguetis voladores. Esta deidad, según cuenta la historia, dio diez tablas de piedra a Mosey, el primer pirata, que accidentalmente rompió dos de ellas. Por ello, el pastafarismo tiene ocho mandamientos centrales, que se pueden encontrar en textos como El Antiguo Pastamento. Este y otros textos y costumbres del pastafarismo son parodias de elementos del cristianismo y contienen muchos juegos de palabras satíricos.
El fundador del movimiento describió al Monstruo del Espagueti Volador en su protesta contra la intención de presentar el "diseño inteligente" como una alternativa equivalente a la teoría de la evolución en los colegios estadounidenses. Según el fundador, el pastafarismo también debe enseñarse.