Cada año, algunos estudiantes neerlandeses de las Escuelas Europeas en Bruselas se pintan la cara de negro y se ponen una peluca oscura y rizada. Para ellos, disfrazarse de Zwarte Piet (Pedro el Negro), el ayudante de piel oscura de San Nicolás, es una tradición navideña normal. Pero otros estudiantes de estas escuelas financiadas por la Unión Europea se sienten ofendidos por la práctica y sienten que ejemplifica la indecisión de la UE a la hora de abordar las cuestiones actuales de diversidad racial.