Educación, vivienda, empleo y prevención del crimen son algunas de las prioridades identificadas por el teniente de alcalde de Vilna para el nuevo programa de integración de los romanís. La población romaní de Lituania es de 2100 y 500 viven en el barrio romaní de Vilna, que parece más un barrio de chabolas que uno residencial. El anterior alcalde se dedicó a demoler edificios ilegales y a llevar una política represiva para ganar popularidad. Sin embargo, las nuevas autoridades consideran que este enfoque es "inhumano" y están formando una comisión municipal para resolver los problemas.