Los partidos anti-migrantes están en auge en Europa (a pesar de que existe algo de esperanza para los liberales europeos). Los líderes de extrema derecha siguen utilizando la "crisis" migratoria como narratativa para polarizar la política europea y avanzar en su agenda anti-inmigrantes.
Al mismo tiempo, el número de migrantes que llegan a Europa está disminuyendo considerablemente. Según la Oficina Estadística Europea, en 2015 se registraron más de 1,3 millones de solicitudes de asilo en la UE, frente a 704.600 en 2017. Las últimas tendencias en materia de asilo según los estudios de la Oficina Europea de Apoyo al Asilo (EASO) revelan que el número de migrantes y refugiados que probaron suerte en la UE en 2018 solo alcanzó los 406.000 (para el período de enero a agosto), lo que supone un 15% menos de solicitudes que durante el mismo período en 2017.
El número de llegadas por mar también ha disminuido considerablemente. El cambio más notable se ha observado en Italia: a día 30 de octubre de 2018, solo se habían registrado 22.031 llegadas por mar, lo que representa una caída del 88% frente al mismo período de 2017.
El trayecto es cada vez más peligroso
Mientras que el número de personas que llegan a Europa ha descendido, la proporción de personas que se han ahogado en el camino ha aumentado. El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) informa que por cada 18 llegadas entre enero y julio de 2018, hubo una persona muerta, mientras que en 2017 hubo una muerto por cada 42 llegadas.
La rigidez del gobierno italiano, que ha estado bloqueando duramente las operaciones de rescate marítimo de las ONG, no ayuda. Sin embargo, las políticas de disuasión destinadas a desalentar las llegadas irregulares no funcionan, como muestra un estudio del Instituto Italiano de Estudios Políticos Internacionales (ISPI). El ISPI explica que el descenso de las llegadas no está tan ligado al bloqueo por parte de Italia de la actividad de salvamento de vidas de las ONG, sino a los acuerdos secretos entre Italia y las milicias libias que han estado frenando las nuevas salidas.
Además, los traficantes de personas están asumiendo más riesgos porque la vigilancia de la guardia costera libia ha aumentado. La enorme ausencia de vías seguras y legales para los refugiados ha sido criticada por ACNUR, que pide a Europa que aumente los espacios de reasentamiento y supere los obstáculos a la reunificación familiar.
Distribución de las personas desplazadas en el mundo
La "crisis" migratoria ha dominado la política europea y los medios de comunicación desde 2015. Sin embargo, no han cubierto apenas cómo se han distribuido los refugiados en el mundo. De los 68,5 millones de desplazados forzados en el mundo, el 85% vive en países en desarrollo.
En Jordania, incluyendo a los refugiados palestinos, el número de refugiados alcanza los tres millones, superando la población total de refugiados en la Unión Europea que consta de solo 2,3 millones. Para ponerlo en contexto: Jordania tiene una población de menos de 10 millones de habitantes, mientras que la UE tiene una población de 512 millones.
El número total de refugiados registrados en Hungría asciende a tan solo 5.641 en 2017. Sin embargo, el primer ministro Viktor Orbán ha empleado una retórica dura antiinmigrante para movilizar a su electorado. Otro ejemplo reciente de demagogia que ayuda a ganar las elecciones.
Los gobiernos europeos han "logrado" reducir el número de llegadas a través de acuerdos con el gobierno turco y el gobierno reconocido por la ONU en Trípoli, dejando a miles de refugiados y migrantes atrapados en las islas griegas o, peor aún, en centros de detención en Libia, donde se enfrentan a trabajos forzados, extorsión e incluso tortura y ejecución. ¿No es ya hora de centrar nuestros esfuerzos en mejorar la vida de estas personas?
