La familia manifestó que antes del accidente ya estaban en Croacia y habían solicitado asilo, pero que la policía vulneró su derecho a la protección internacional y les devolvió a la vía férrea, diciéndoles que se volvieran andando a Serbia. Según el testimonio de la madre, Madina no fue la única niña que la policía croata devolvió a Serbia: iba acompañada de cinco menores más de entre dos y quince años.
Una decisión ilegal y mortal
Así pues, la denuncia penal presentada el 21 de diciembre en la Fiscalía del Estado croata señala que estos policías no identificados del Ministerio del Interior fueron los culpables de la muerte de Madina por negligencia. Violaron gravemente los derechos de la niña, abusaron de su posición y poder y de la condición de estos causando mediante un trato inhumano, grave sufrimiento psicológico a la familia.
La abogada de la familia, Sanja Bezbradica Jelavić, explica: "La policía se encontró a la familia con seis menores en la frontera croata donde solicitaron asilo y protección. La policía se negó a cumplir la normativa y les dijo que siguieran la vía férrea y volvieran a Serbia. Rechazaron la petición desesperada de la madre para que les dejaran dormir allí, pues los niños estaban cansados y tenían frío, y ello tuvo consecuencias mortales".
Varias organizaciones de derechos humanos también transmitieron el mensaje de la familia. Dicen que han presentado una demanda penal no solo por su familia, sino por todos los niños y demás personas que están en la misma situación que ellos, para que esta tragedia no vuelva a suceder.
La policía sobre una "delgada línea"
Organizaciones de derechos humanos croatas e internacionales llevan casi un año advirtiendo sobre el comportamiento de la policía fronteriza, que, como cuentan los refugiados, sigue vulnerando la legislación nacional e internacional.
Tajana Tadić, de la organización Are you Syrious, señaló: "En los tres informes que hemos publicado este año mostramos cómo a los refugiados en Croacia se les ha negado el acceso a la protección internacional, hasta el punto de que los refugiados con los que hemos hablado en Šid piensan que en Croacia ya no existe un régimen de asilo".
La policía fronteriza admite que no permite la entrada de refugiados en Croacia, pero lo denominan "disuasión".
"Hay una delgada línea entre disuadir y rechazar", advierte Gordan Bosanac, del Centro de Estudios por la Paz (CMS). "Por un lado la policía, con su presencia, muestra dónde está la frontera y, precisamente por ello, la UE piensa que aquellos que no necesiten protección abandonarán la idea de cruzar la frontera. Pero por otro lado, el rechazo o la devolución de personas que solicitan asilo vulnera los derechos humanos y va en contra de la ley".
Manifestó que "debido a la ausencia de una supervisión eficaz e independiente de la labor policial, la policía se encuentran en una situación de ventaja, ya que es su palabra contra la de los refugiados". Bosanac recordó que durante meses las comisiones parlamentarias no nombraron miembros de las comisiones civiles para la supervisión de la policía y los servicios de seguridad. Además, pidió a la policía que publicara las imágenes grabadas por las cámaras de termovisión para demostrar que la familia no se encontraba en territorio croata.
Comportamiento inaceptable
Por último, las organizaciones destacan que esta demanda penal no está dirigida a la policía en su conjunto, sino al comportamiento poco profesional de algunos de ellos.
"Somos conscientes de que dentro de la policía hay profesionales que están en contra y condenan este tipo de actuaciones. Si reciben órdenes para tratar de este modo a los refugiados, les instamos a que se nieguen a ello. A los agentes de policía profesionales también les interesa que este caso se aclare cuanto antes, y que los responsables sean castigados", dijo Bosanac.
En este caso la familia tiene el apoyo de las organizaciones Centar za zaštitu i pomoć tražiocima azila (Centro para la protección del asilo), Are You Syrious y CMS.