Jan Kuciak era un periodista de investigación que trabajaba para la web de noticias eslovacas Aktuality.sk. Fue encontrado muerto junto a su novia el 21 de febrero de 2018 en su casa de las afueras de Bratislava.
La policía declaró que los asesinatos probablemente estaban relacionados con el trabajo de Kuciak. Su trabajo se había centrado en casos de fraude, y en el momento de su muerte, investigaba una historia que involucraba a empresarios con conexiones con el partido en el gobierno de Eslovaquia y a otros políticos.
Detenida e interrogada
El 15 de mayo de 2018, la Agencia Nacional contra el Crimen de Eslovaquia le incautó el teléfono móvil a la periodista de investigación Pavla Holcova, que trabaja para el Centro Checo de Investigación Periodística.
Holcova, que trabajaba con Jan Kuciak e IRPI para el Programa de Denuncia de la Corrupción y el Crimen Organizado (OCCRP) cuando Kuciak fue asesinado, fue convocada por la policía eslovaca a lo que ella pensó que sería una entrevista amistosa para colaborar en la investigación de la muerte de su compañero.
No obstante, la policía la detuvo y la interrogó durante más de ocho horas. El interrogatorio no tuvo relación con la investigación por el asesinato. La policía le hacía comentarios en los que se insinuaba que en la historia profesional de Holcova "siempre había estado contra el sistema".
Además, las autoridades habían obtenido una orden del fiscal para incautar el móvil de Holcova, lo que daba a entender que esta había sido su verdadera intención desde el principio.
¿Qué hay en tu teléfono?
La policía estaba interesada fundamentalmente en la información que tenía Holcova sobre el asesinato, la comunicación interna entre Holcova y sus compañeros, las intenciones de otros medios de comunicación que informaban sobre el suceso y otras informaciones que no eran pertinentes para la investigación.
La policía preguntó a Holcova directamente sobre su teléfono y la amenazó con ponerle una multa de 1.650 euros si no cooperaba.
Holcova entonces mostró voluntariamente algunos mensajes a los policías y les dijo que les mandaría todas las conversaciones con Jan Kuciak. A esto la policía le respondió que no estaban interesados en esas conversaciones, sino que querían todos los mensajes guardados que tenía desde el asesinato.
En ese momento tres agentes de policía entraron en la habitación con una unidad forense móvil e intentaron descargarse la información que había en el teléfono de Holcova. Cuando sus intentos fracasaron, la policía presionó a Holcova para que les diera el móvil.
El teléfono de Holcova no contenía información relevante para la investigación que no les hubiera proporcionado ya voluntariamente la OCCRP a la autoridades eslovacas.
Apelar a la justicia
Con la segunda muerte de un periodista en Europa en menos de seis meses, es evidente que se deben tomar medidas urgentes para garantizar la protección de la sociedad civil en el ejercicio de los derechos fundamentales.
El derecho de acceso a la información es una herramienta fundamental para combatir la corrupción, investigar las violaciones de los derechos humanos y proteger el Estado de derecho.
Condenamos cualquier acción llevada a cabo por las autoridades públicas que ponga en peligro a aquellos que ejercen este derecho.
Por ello apoyamos a OCCRP y a IRPI, quienes exigen que la policía eslovaca devuelva el teléfono a Holcova. Las acciones de la Agencia Nacional contra el Crimen son hostiles y parecen enfocadas a investigar a periodistas y no el asesinato de Jan Kuciak. Este comportamiento propio de Estados secuestrados y regímenes autocráticos no tiene cabida en Europa.
Fuentes: https://www.occrp.org/en/62-press-releases/8084-sl... y https://irpi.eu/en/slovak-police-must-return-seize...