Un portavoz de la Oficina de Extranjería dijo al diario Rzeczpospolita que la caída en las solicitudes de protección internacional era consecuencia de la política del gobierno de "sellar" las fronteras polacas, y de los estrictos controles de los países de Europa occidental del estatus legal de los extranjeros que permanecen dentro de sus fronteras.
No obstante, como señala la jurista Marta Górczyńska, de Helsinki Foundation for Human Rights (HFHR), en las comisarías de las fronteras polacas ocurren muchas irregularidades y muchas personas ni siquiera pueden presentar su solicitud de asilo e iniciar los procedimientos pues se les deniega directamente la entrada a Polonia.
Puede obtenerse más información sobre las prácticas de la Guardia de Fronteras en el informe de la HFHR sobre una visita al cruce de Brest-Terespol titulada "Camino a ninguna parte".
En los últimos meses el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ha intervenido en varios casos en los que se les denegó la entrada y el acceso a los procedimientos de asilo en Polonia a ciudadanos extranjeros. El Tribunal emitió incluso medidas provisionales que ordenaban a las autoridades polacas que recibieran las solicitudes de protección internacional de las personas designadas y que les permitieran permanecer en Polonia mientras se analicen sus solicitudes. Sin embargo, como alertó HFHR, las medidas extraordinarias han sido ignoradas y se sigue expulsando a los extranjeros a Belarús.
En junio HFHR describió el caso de un checheno a quien se le había denegado la oportunidad de presentar su solicitud de asilo en 31 ocasiones distintas e incluso se le denegó la entrada a Polonia después de que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos emitiera una orden provisional de entrada. Más recientemente, HFHR logró tambien una orden provisional para tres refugiados sirios, que también fueron expulsados a Belarús, al margen de la orden.