El Senado polaco acaba de rechazar el proyecto de ley del partido Ley y Justicia (PiS) que obligaría a los polacos a votar en las elecciones presidenciales en medio de la pandemia de COVID-19. Pero aquí no acaba la historia. El proyecto de ley volverá a la cámara baja del parlamento, el Sejm. El Sejm puede rechazar la decisión del Senado y aprobar el proyecto de ley, si el PiS logra la mayoría absoluta. Aunque tuvieron que renunciar a la idea de convocar elecciones el 10 de mayo, el día que estaba fijado, el PiS está decidido a celebrar elecciones presidenciales por correo en la primera fecha posible.
Aquí explicamos por qué el PiS quiere celebrar elecciones ahora, por qué que los polacos deben preocuparse y tres cosas que la UE podría hacer al respecto.
Desesperados por seguir en el poder
El PiS quiere a toda costa seguir en el poder y continuar con su proyecto autoritario de desmantelar la democracia, el Estado de derecho y los derechos fundamentales. El gobierno no quiere correr el riesgo de retrasar las elecciones unos meses hasta que pase la emergencia pues supondría que los ciudadanos podrían juzgar su gestión de la pandemia. El PiS quiere que los polacos voten ahora mismo. Así que al gobierno se le ha ocurrido la idea de que voten por correo postal en medio de la pandemia.
Por qué los votantes deberían preguntarse si su gobierno se preocupa de verdad por ellos
La celebración de unas elecciones via postal en medio de la pandemia de COVID-19 pondrá en peligro la salud de los votantes. El voto postal obligará a 30 millones de ciudadanos a hacer cola y depositar sus papeletas en urnas especiales colocadas en los municipios. Es probable que se produzcan grandes concentraciones, especialmente en las grandes ciudades, provocando un riesgo alto de propagación del virus. Esta es la primera razón por la que los polacos deben preocuparse. Ningún gobierno que se preocupe por su gente le obligaría a elegir entre su salud y su derecho a votar.
Otra razón para preocuparse es que el PiS les está privando del derecho a elegir un gobierno mediante unas elecciones libres y justas. Los votantes necesitan comprobar cómo funcionan los candidatos en igualdad de condiciones, necesitan jueces independientes para denunciar las prácticas poco fiables y emitir su voto sin impedimentos. Pero la nueva ley electoral permite al PiS elegir la fecha, el estadio, el árbitro y los comentaristas. La OIDDH ha dejado claro que, por varias razones, aprobar las nuevas normas sobre el voto postal universal de forma precipitada justo antes del día de las elecciones va en contra de las normas regionales e internacionales sobre elecciones libres y justas.
En primer lugar, desde que comenzó el confinamiento en Polonia el 15 de marzo, únicamente el presidente en funciones, Duda, respaldado por el PiS, ha podido hacer campaña, disfrazando sus apariciones como el cumplimiento de sus deberes públicos. Los medios de comunicación públicos, que se han convertido en el altavoz del gobierno, han ofrecido una cobertura sesgada, imposibilitando que la oposición pueda hacer campaña, como ha advertido el organismo de derechos humanos de la OSCE, OIDDH.
En segundo lugar, si el gobierno sigue adelante con las elecciones de mayo, parece improbable que le dé tiempo a realizarlo con las salvaguardias necesarias. La organización de una elección via correos de esta magnitud - algo absolutamente nuevo en cualquier democracia moderna - plantea enormes desafíos: la preparación y la gestión segura de millones de paquetes de papeletas electorales por correo; la actualización precisa de todos los registros de votantes; la formación adecuada del personal del servicio postal; las garantías especiales para proteger el secreto del voto durante las sesiones de apertura de la votación. Sin mencionar todas las precauciones sanitarias necesarias para contener la propagación del coronavirus.
El jefe de la Comisión Electoral Nacional de Polonia ha expresado serias dudas acerca de la posibilidad de que una votación que incorpore debidamente todas estas garantías pueda celebrarse en breve. Como consecuencia, la Comisión ha sido marginada por el gobierno en la organización de estas elecciones, y sustituida por Ministerio de Transporte. Y, de hecho, la fecha real de las elecciones sigue siendo un misterio.
En tercer lugar, los polacos que viven en el extranjero también tendrán dificultades para figurar en las listas de votantes y participar. Puede que no se les conceda suficiente tiempo, o que no puedan cumplir con los requisitos administrativos -como presentar su pasaporte- en medio de las restricciones adoptadas para hacer frente a la pandemia en sus países de residencia.
En cuarto lugar, el tribunal que debe pronunciarse acerca de la validez de las elecciones y las disputas electorales es un órgano de reciente creación, con todos los jueces cuidadosamente designados por el PiS. Forma parte de su plan para desmantelar la independencia judicial en el país.
Y por si esto no fuera poco, el confinamiento impide la presencia de observadores internacionales.
¿Podría intervenir la UE para ayudar a los ciudadanos polacos?
¿Y qué pasa con la UE? La vicepresidenta de la Comisión Europea a cargo de Valores y Transparencia, Vera Joruová, que ahora está supervisando la redacción de un nuevo Plan de Acción de la UE sobre la Democracia, declaró su preocupación acerca de las noticias de Polonia, pero no ha anunciado ni emprendida acción alguna.
De hecho, la UE no tiene leyes que regulen la forma en que se celebran las elecciones nacionales, pero eso no significa que no pueda hacer nada sobre lo que está sucediendo en Polonia. Existen al menos tres cosas que puede hacer.
1-Que las elecciones entren en la discusión sobre el Artículo 7
La Comisión Europea, el Parlamento Europeo o un bloque de gobiernos de la UE pueden poner las elecciones sobre la mesa para que se discutan como parte del actual procedimiento del Artículo 7. La garantía de poder celebrar unas elecciones libres y justas es fundamental para la democracia. La situación actual es una razón más para que los gobiernos de la UE en el Consejo dejen de esperar y procedan a sancionar.
2-Mantener las normas de protección de datos
Debido a la prisa con la que se están organizando, las elecciones en Polonia conllevan un alto riesgo de violación de datos. Las administraciones locales y las organizaciones de derechos humanos ya han cuestionado la legalidad de las solicitudes de datos procedentes del servicio postal nacional.
La Comisión Europea no debería dejar que pase más tiempo, debería preguntar al gobierno polaco cómo va a garantizar que existan todas las salvaguardias necesarias para el cumplimiento de las normas de protección de datos de la Unión Europea. Si se violan las normas, la Comisión debe emprender acciones legales rápidamente para prevenir el fraude, la violación del voto secreto y el uso ilegal de los datos de los votantes.
3-Cortar el flujo de dinero
El Estado de derecho requiere, entre otras cosas, que la legislación se apruebe de acuerdo con un proceso adecuado. El presidente de Polonia tiene muchas competencias a la hora de legislar: puede iniciar leyes, detener proyectos de ley, firmar o revocar acuerdos internacionales. Si el/la presidente/a es elegido/a por un proceso inadecuado, que viola los requisitos democráticos existentes, cualquier acción que tome que tenga consecuencias legales no cumple con el Estado de derecho.
Actualmente los gobiernos nacionales están debatiendo las reglas propuestas por la Comisión Europea que permitirían que la UE recorte la financiación de los gobiernos que violan el Estado de derecho. Los gobiernos deberían adoptar estas propuestas de inminentemente. Mientras tanto, la Comisión tiene otras formas de suspender los fondos estructurales, basaándose en normas de gasto justo y legal o de cooperación sincera.
No tiene por qué ser así
Las medidas propuestas en medio de la pandemia de coronavirus por el PiS son un ejemplo de manual de cómo los líderes autoritarios pueden capitalizar una situación de crisis para ganar más poder. Las organizaciones de derechos humanos y pro democracia polacas han expresado su profunda preocupación. Asimismo, figuras importantes de la oposición están haciendo un llamamiento a un boicot en torno a la votación.
Sin embargo, la única alternativa que ha ofrecido el PiS es la extensión unilateral de dos años del mandato del actual presidente justo antes de que expire, dejando a los polacos con la única opción de elegir entre su salud y su democracia.
Pero no tiene por qué ser así. La mejor manera de garantizar la seguridad de los ciudadanos y cumplir con su deber sería celebrar elecciones de acuerdo con las normas constitucionales e internacionales una vez que la emergencia de la pandemia COVID-19 haya terminado - asegurándose de que todos los candidatos tengan las mismas oportunidades de campaña y que se disponga de tribunales independientes para resolver cualquier contreversia.
La labor de un gobierno es mantener a su población segura y proteger sus derechos. Y cuando no lo hacen, la UE debe hacer todo lo posible para apoyar a los ciudadanos.