El gobierno quiere crear nuevos obstáculos para impedir el trabajo de las organizaciones que son críticas con su gestión. La intención es, bajo el pretexto de la transparencia, cuestionar la legitimidad de estas organizaciones.
En estos momentos, se desconoce exactamente qué medidas va a adoptar el gobierno para obstruir aún más el trabajo de las organizaciones o estigmatizarlas: las noticias recientes hablan de la "eliminación" de algunas organizaciones, incluida la HCLU, así como de la introducción de la declaración de bienes obligatoria para los líderes de las organizaciones civiles.
¿Para quién trabajamos?
Trabajamos para todos los ciudadanos húngaros que necesiten apoyo contra las violaciones y el abandono del gobierno. HCLU protege los derechos de quienes, por ejemplo, luchan contra el deterioro de las condiciones de la atención sanitaria, o de cuyos niños discapacitados no reciben una educación adecuada.
Nos ocupamos de cosas de las que debería estar ocupándose el gobierno en lugar de cuestionar la legitimidad de las organizaciones independientes de derechos humanos. Somos testigos a diario de violaciones de derechos y nuestro servicio de asistencia legal recibe alrededor de 2.300 solicitudes al año. Nuestra función es amplificar la voz de estas personas exigiendo cambios estructurales o representándolas frente a las autoridades o frente al acoso por parte del Estado.
En su intento de eliminar y estigmatizarnos, el gobierno también está enviando un mensaje a estas personas, dejándoles claro que no son importantes. Con la nueva campaña difamatoria contra las organizaciones civiles, el gobierno trata de barrer bajo la alfombra las cuestiones de las que se ocupan HCLU y otras organizaciones.
El hostigamiento de las organizaciones civiles y las declaraciones que cuestionan su credibilidad o la legalidad de sus acciones son especialmente perniciosas para la sociedad civil que forma parte de las sociedades democráticas. Sin embargo, al final del día, quienes pagan el precio son las personas a las que representan estas organizaciones.
La sociedad húngara es quien más va a sufrir por estas campañas agresivas, interferencias en, e intentos de impedir completamente, el trabajo de estas organizaciones.
¿De dónde viene la financiación de HCLU?
HCLU no acepta ningún apoyo gubernamental ni fondos de partidos húngaros. Nuestros ingresos son proporcionados exclusivamente por particulares, empresas y fundaciones privadas. No aceptamos el dinero público húngaro, cuya asignación depende de las autoridades húngaras.
Funcionamos de manera totalmente transparente, ya que, al formar parte de la esfera político-pública y trabajar para garantizar el cumplimiento de las libertades civiles, nuestras operaciones y funcionamiento debe ser transparente, como garantía de credibilidad hacia las personas con las que queremos trabajar y apoyar.
Por lo tanto, la transparencia, para nosotros, es una cuestión de credibilidad, y por ello nuestros datos financieros son fácilmente accesibles y se actualizan constantemente.
¿Qué viene después?
No estamos intimidados, seguimos luchando por nuestros clientes incluso en los casos en los que recibimos amenazas similares del gobierno. Podemos garantizarte que: nunca abandonaremos nuestra misión ni nuestros principios, HCLU no desaparecerá de Hungría y sus actividades seguirán definidas por la aplicación coherente de los derechos humanos.
Seguiremos
trabajando para apoyar a las personas que el Estado abandona o no
quiere ayudar. Vamos a mantener nuestra presencia para que ninguna
violación de derechos pase desapercibida. Seguiremos haciendo
todo lo posible para obligar al Estado a respetar los derechos humanos.
¿Cómo puedes colaborar?
Son muchas las personas que se han puesto en contacto con HCLU durante estos últimos días para brindarnos su apoyo y solidaridad. Si quieres colaborar con nuestro trabajo, ¡estás invitadísimo! Te necesitamos, también, para hacer frente a todos los casos de vulneraciones. ¡Tú también puedes convertirte en un accionista de la libertad!