En una reunión con la ministra de Seguridad Social y Empleo la pasada semana, la presidenta de la República de Lituania se centró en los retrasos intencionados en la reestructuración de los orfanatos del país. De acuerdo con la presidenta Grybauskaitė, en lugar de reducir el número de orfanatos, el Estado continúa financiando la burocracia.
"El Ministerio de Seguridad Social y Empleo lleva una década al cargo de la reestructuración de la atención a los menores, pero no hay ningún resultado a la vista – aparte de discusiones infructuosas en grupos de trabajo. Los orfanatos son una reliquia de la época soviética, cuyos directores están muy interesados en asegurarse de que continúan existiendo. Los menores se han convertido en rehenes de la burocracia y de su deseo de apropiarse de los fondos disponibles", declaró la presidenta.
De acuerdo con la presidenta, el Estado debe posibilitar que los menores vivan en un entorno familiar en lugar de sostener un sistema ineficaz.
Una visión de futuro – un país sin orfanatos
Las ONGs lituanas llevan mucho tiempo criticando la inacción del Estado en el campo de la reforma de la atención a los menores y su falta de respuesta ante las violaciones de los derechos de los menores que ocurren a diario tras los muros de las instituciones opacas.
En 2013, el Instituto para el Seguimiento de los Derechos Humanos y otras diez ONGs lituanas que se ocupan de los derechos de los menores formaron un grupo de presión en un intento por romper el punto muerto en la reforma de la atención a los menores. Las ONGs lanzaron una campaña titulada "Un país sin orfanatos", recolectando fondos para la petición "Por el uso de fondos estructurales de la UE para la reforma de la atención a los menores y la inversión en las familias y los niños".
33,5 miles de millones de euros al año para sostener un sistema viciado
Actualmente, hay casi cien instituciones residenciales que albergan a casi cuatro mil niños en Lituania, que cuestan al Estado por los menos 33,5 miles de millones de euros al año. El Estado paga aproximadamente 1,8 mil euros al mes por mantener a un menor en una institución – mientras que se entregan unos míseros 300 euros al mes por los menores que se crían en una familia social y sólo 150 euros por los menores colocados en una familia. Las familias que adoptan niños no reciben ninguna ayuda.