El Tribunal Supremo confirma la condena a 1 año de cárcel por un delito contra la libertad religiosa a cinco jóvenes que interrumpieron una misa en febrero de 2014 para protestar contra la reforma del aborto. Para el Tribunal, la intención de los acusados era impedir “de forma claramente perceptible para todos, el acto religioso”. El ejercicio del derecho a expresar libremente sus opiniones no puede suprimir el de los demás a participar libremente en las ceremonias de su confesión religiosa, cuando se llevan a cabo en los lugares que esa confesión ha destinado al culto, concluye el Tribunal.