Tres activistas fueron detenidos el pasado mes en una manifestación en Praga contra el Islam y la inmigración, mientras intentaban bloquear el recorrido de los manifestantes.
A pesar de las pancartas llenas de amenazas y el discurso del odio evidente de los manifestantes, que cargaban incluso horcas de mentira, la policía solo intervino cuando unos activistas intentaron bloquear pacíficamente el recorrido de la manifestación.
Tres activistas fueron detenidos por su resistencia pasiva y un cuarto hombre por agredir presuntamente a la policía mientras detenían a los otros activistas.
Reacción oficial
De acuerdo con el Ministerio de Interior, sin embargo, el discurso del odio y la incitación al odio que ejercieron los manifestantes viola la ley checa y debía haber sido tomada en cuenta por la policía.
"Hoy son las horcas, mañana serán huevos, luego piedras y ladrillos, podemos llegar a ver cómo la gente se acaba tiroteando en este tipo de manifestaciones", afirmó Milan Chovanec, el ministro de Interior, que también ha pedido un informe oficial de la policía que explique su decisión de no intervenir contra un uso tan explícito del discurso del odio.
El primer ministro, Bohuslav Sobotka, también condenó enseguida el discurso del odio. "Es inaceptable que se use el derecho a la libertad de expresión para propagar el odio y amenazar con matar a quienes no comparten su opinión. El derecho de libertad de expresión y de reunión no es para eso."
El primer ministro ha hecho un llamamiento tanto a la policía como a la fiscalía para que garanticen que todas las personas cumplan la ley en ese tipo de manifestaciones y reiteró que el discurso del odio nunca debe tolerarse.
Nuevo artilugio
Se supone que las manifestaciones como la del mes pasado deben estar supervisadas tanto por la policía como por las autoridades municipales. Las autoridades pueden disolver manifestaciones exactamente igual que la policía y deben estar pendientes de que se respeten los derechos e informar de cualquier posible violación de los mismos.
Como parte de la investigación sobre los manifestantes, la policía ha solicitado un análisis completo de las horcas de mentira, a las que define como un nuevo artilugio de los grupos de extrema derecha para atemorizar a la gente.
El ministro de Interior, en sus declaraciones sobre la manifestación, ha recalcado que esta investigación policial debe marcar una diferencia de cara a futuras manifestaciones de este tipo, y que esta situación no puede volver a repetirse.