El 13 de enero, 178 personas de origen polaco que vivían en áreas de conflicto de Ucrania fueron evacuadas al aeopuerto militar de Malbork, Polonia. En este momento viven en dos centros de acogida en el país, pero no está claro que les deparará el porvenir.
“Asegurar la protección de las personas en situación de riesgo que viven en la zona de conflicto es una acción que debe ser considerada en positivo”, dijo Jacek Białas, abogado de la Fundación Helsinki por los derechos humanos. “Sin embargo, se plantea la duda de si el programa permitirá a los evacuados tener una vida independiente en Polonia”.
Los evacuados han sido acogidos en dos centros en la provincia de Warmia-Masuria, donde podrán permanecer hasta dos meses. Durante este periodo, se ofrecerá a los evacuados cursos de formación profesional, idiomas y adaptación al objeto de facilitar su residencia en Polonia.
Seis meses
“Nuestra experiencia de trabajo con extranjeros muestra que, en muchos casos, seis meses es un periodo demasiado corto para aprender los rudimentos de la lengua polaca y adquirir la capacidad para moverse en un medio extranjero”, dijo Bialas. Los evacuados están siendo acogidos en un área con un alto grado de desempleo, lo que no contribuye a aumentar sus posibilidades de integrarse en la sociedad polaca o de encontrar fuentes de renta.
La ministra del Interior polaca, Teresa Piotrowska ha pedido a los responsables locales del gobierno, a las instituciones, las ONGs y a los ciudadanos para que ofrezcan su apoyo a los polacos de Donbass. La situación se ve agravada por el hecho de los fondos para las ONGs que ofrecen asistencia jurídica a los extranjeros terminarán en seis meses, y todavía no se sabe si habrá otras fuente de financiación para sus actividades (puede encontrarse más información aquí).
Aunque las autoridades polacas promueven activamente la protección para las personas de origen polaco, al mismo tiempo se la niegan a otros ciudadanos ucranianos que huyen del conflicto armado ucraniano o que residen en las regiones anexionadas por Rusia (incluidos los tártaros de Crimea), y les exigen que abandonen Polonia. Las decisiones de denegación del asilo se justifican por la posibilidad de encontrarles una residencia segura en otra parte de Ucrania. Sin embargo, según la FHDH, la difícil situación en Ucrania significa que no todo el mundo puede aprovechar esa oportunidad.
La Fundación de Helsinki por los derechos humanos ha pedido a la ministro del Interior que garantice el trato humanitario para todas aquellas personas que huyen de Ucrania por encontrarse en una situación de peligro, con independencia de su origen étnico.