Radio Free Europe y Voice of America han sido calificadas por Rusia como "agentes extranjeras", un gesto cuyo objetivo es dificultar su trabajo. El gobierno ruso se quejó recientemente de la inaceptable presión de EEUU y la UE sobre los medios rusos. El ataque a los medios estadounidenses es consecuencia de las acusaciones de que el Kremlin interfirió en las elecciones de 2016 en EEUU. Los medios deben cumplir los mismos requisitos que las ONG financiadas con fondos extranjeros en virtud de la ley de 2012. Los "agentes extranjeros" deben mencionar su status en todas sus comunicaciones.