Las organizaciones de derecho humanos belgas, la Liga de Derechos Humanos (LDH) y CNAPD, con el apoyo de la sección francófona belga de Amnistía Internacional, presentaron el 18 de diciembre un recurso ante el Consejo de Estado, el principal tribunal administrativo de Bélgica, para suspender y cancelar las licencias de exportación de armas para Arabia Saudita, que fueron concedidas por el Ministro-Presidente de Valonia el octubre pasado.
Hacia un embargo
Las organizaciones apelan por tres razones. En primer lugar, quieren evitar el envío de armas militares y armas ligeras a Arabia Saudita, donde se utilizarán para perpetrar violaciones masivas de los derechos fundamentales (que este país comete de forma regular tanto dentro de sus fronteras, como fuera, por ejemplo en Yemen). Existen múltiples informes internacionales que documentan estas violaciones. Según muchas fuentes, como Human Rights Watch, el Enviado Especial de Naciones Unidas para Yemen, el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas y otros, las armas vendidas a Arabia Saudita probablemente sean utilizadas contra civiles con fines represivos.
En segundo lugar, este recurso legal es una oportunidad para avanzar en la implementación de un embargo europeo. De hecho, la política de Posición Común de la UE requiere que un Estado miembro consulte a otros Estados miembros que ya se han negado a conceder licencias para exportaciones similares (en lo que respecta al país receptor y al tipo de armas que se envían) antes de conceder licencias de exportación de armas. Si Bélgica se negara a autorizar ciertas exportaciones de armas a Arabia Saudita, podría también objetar que otros Estados miembros autoricen exportaciones bastante similares. Sin embargo, la decisión final debe tomarla cada Estado miembro, y el gobierno debe proporcionar una justificación detallada en caso de que decida autorizar una exportación que sea esencialmente idéntica a la que ha prohibido otro Estado miembro.
Una negativa de este tipo por parte de una región federal de Bélgica (Valonia) enviaría un mensaje importante a otros Estados miembros de la UE. Además, es importante subrayar que muchos organismos internacionales (como la ONU, el Parlamento Europeo y el Consejo de Europa), así como organismos nacionales (y ante todo, el Parlamento Federal de Bélgica) están de acuerdo en imponer un embargo a la venta de armas al Reino de Arabia Saudita.
Un embargo a nivel europeo no solo sería coherente con la lucha antiterrorista (Arabia Saudita es un país que a menudo se relaciona con proporcionar dinero y armas a grupos terroristas), sino que también anularía el argumento de que "si nosotros no vendemos estas armas, las venderán otros países europeos".
La ley debe cambiar
Por último, pero no menos importante, una concesión tan aberrante (que incluye 28 licencias) plantea, una vez más, la cuestión de la falta de transparencia en torno al proceso de toma de decisiones sobre la concesión de dichas autorizaciones. En 2011, LDH y CNAPD impugnaron con éxito la concesión por parte de Valonia de licencias similares para Libia, lo que condujo a un cambio legislativo en esta región belga. Ahora no tenemos más remedio que señalar que los cambios son insuficientes para garantizar la transparencia y el debate público que se precisan en este tipo de casos. Por ello, necesitamos que se den urgentemente nuevos cambios legislativos.
Independientemente del resultado de este recurso legal, LDH y CNAPD, con el apoyo de Amnistía Internacional Bélgica, piden:
- Que la región de Valonia suspenda la ventas de armas a Arabia Saudita y la garantía de que otros países de la UE cumplan con la Posición Común con el fin de alcanzar un embargo europeo.
- La reforma de la legislación de Valonia sobre exportaciones de armas para garantizar la transparencia y el debate público en esta cuestión.