El presidente Andrej Kiska ha anunciado un referéndum sobre cuestiones que afectan a los derechos LGTB y la educación, después de que un grupo de activistas cristianos, Alianza por la Familia, reuniera 408.000 firmas a favor del referéndum y el Tribunal Constitucional de Eslovaquia aprobara tres de las cuatro preguntas.
Los ciudadanos eslovacos decidirán si las parejas o grupos de personas del mismo sexo pueden adoptar y educar niños. Tendrán también la oportunidad de votar si el término "matrimonio" se aplica exclusivamente a parejas heterosexuales. La tercera propuesta se refiere a si las escuelas pueden exigir que los alumnos participen en clases que enseñan educación sexual o el debate sobre la eutanasia. Los jueces declararon inconstitucional la pregunta de la encuesta que planteaba si ciertas protecciones, derechos y obligaciones especiales sólo se deberían otorgar a las parejas casadas.
El presidente Kiska ha declarado anticipadamente que en el próximo referéndum, votará a favor de prohibir tanto el matrimonio como la adopción, a las parejas del mismo sexo. Además, Eslovaquia, al contrario que muchos otros países europeos, no ha aprobado todavía la posibilidad de la unión civil. De hecho, el pasado mes de junio, la Asamblea Nacional eslovaca añadió una provisión a la Constitución que declara que el matrimonio consiste en la unión entre un hombre y una mujer.
"¿Dónde está mamá?"
El referéndum ha provocado agitación en los medios de comunicación. La semana pasada las cadenas de televisión eslovacas se negaron a emitir un anuncio de Alianza por la Familia que el grupo intentaba difundir durante la campaña. En el mismo, en un orfanato, una "tía" le dice a un niño que sus nuevos padres han venido a buscarle. Cuando entran dos hombres, el niño pregunta, "¿Dónde está mamá?" Finalmente el anuncio sólo apareció en Internet.
El resultado del referéndum, y por lo tanto el alcance de los derechos de los gays y de la educación liberal en las escuelas en el futuro, depende en gran medida de la participación del electorado. Para que la votación nacional sea válida, se necesita la participación de una mayoría absoluta de los ciudadanos. Seis de las votaciones populares anteriores en la historia moderna de Eslovaquia han fracasado porque no se logró alcanzar el número requerido de votantes.
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