"La política de Bélgica es correcta. Es un modelo en Europa", afirmó el secretario de Estado belga de asilo y migraciones, Theo Francken, acerca de las políticas de migración de su país. "Estamos entre los mejores de Europa y estamos llevando a cabo una política muy humana ".
Voces silenciadas
Sin embargo, tras el alambre de espino de los centros cerrados para migrantes hay otras voces, procedentes de lugares como Irak, Siria y Somalia, que cuestionan las declaraciones autocelebratorias del secretario. Lanzan un grito de ayuda mientras esperan a ser deportados a lugares en los que la intensidad de los combates confirma claramente la legitimidad de sus solicitudes de asilo.
El gobierno belga, probablemente incapaz de asumir la responsabilidad de la contradicción entre la realidad geopolítica y su política de expulsiones, ha presentado recientemente a decenas de solicitantes de asilo iraquíes internados en centros cerrados como candidatos para el retorno voluntario.
Los representantes de la Liga de los Derechos Humanos (LDH) y MRAX se reunieron el 23 de septiembre con los solicitantes de asilo procedentes de Irak, Siria y Somalia en el centro de detención 127bis. Estos detenidos confirmaron que no son candidatos para el retorno voluntario sino que, por el contrario, quieren encontrar refugio en Bélgica.
Chantaje
El domingo, después de la visita, muchos otros solicitantes de asilo en el centro se reunieron en el patio y se negaron a regresar a sus celdas. En un intento de hacer que regresaran, los administradores del centro les prometieron otra visita de la LDH.
La LDH denuncia este proceso escandaloso, que equivale a un chantaje particularmente hipócrita si tenemos en cuenta que solo dos días antes, el director del centro había negado el acceso a representantes de la LDH, que acudieron de urgencia después de enterarse de que los detenidos habían comenzado una huelga de hambre.
La Liga de los Derechos Humanos denuncia asimismo el discurso oficial, que pone en peligro vidas humanas, mientras que disfraza la realidad para justificar lo injustificable ante la opinión pública. En el momento en que la Comisión Europea pone en marcha un procedimiento por infracción contra 19 países de la UE, incluida Bélgica, por su deficiente política de asilo, las autoalabanzas del gobierno solo pueden ser calificadas de cinismo sórdido.