Como informamos el año pasado, el programa más grande de intercambio de jeringuillas se dio por vencido en su desigual lucha por la supervivencia y cerró sus puertas a final de agosto. Blue Point, la ONG que llevaba el programa en el Distrito 8 de Budapest sufrió varios recortes graves y un aumento desproporcionado del precio del alquiler por parte del consejo municipal. Cuando terminó el programa, advertimos que esto podía derivar en una escalada del problema, porque los usuarios no iban a desaparecer: reutilizarían jeringuillas o intentarían acceder a servicios en otras partes de la ciudad, donde no hay capacidad de asumir más usuarios.
Desgraciadamente, teníamos razón. Un programa más pequeño de intercambio de jeringuillas en el Distrito 13 que llevaba la Fundación para la Prevención de las Drogas, tuvo un incremento enorme del número de visitas diarias de usuarios. Pasó de 40 visitas de media en agosto a, unas semanas más tarde, más de 80 al día. El servicio estaba situado en el sótano de un edificio en un barrio muy céntrico y tránsitado de la ciudad y solo podía acomodar físicamente a unas pocas personas, por lo que se empezaron a formar largas colas de gente a la entrada del edificio, esperando a obtener sus agujas. Algunos de los habitantes del barrio se quejaron y las autoridades municipales dictaron una orden para el cese del programa de distribución de jeringuillas.
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La ONG intentó negociar con el municipio para encontrar una nueva sede para el programa en una zona menos céntrica del distrito, pero introdujeron una cláusula especial en el contrato de alquiler prohibiendo expresamente la distribución de jeringuillas. Esto significa que la ONG tiene permiso para dar terapia y ayuda psicosocial a los usuarios de drogas, pero no agujas. Desde hace ya algunos años, la propagación de vih entre usuarios de drogas ha sido baja, pero es evidente que, como en Rumanía y Grecia, las nuevas epidemias se extienden rápidamente cuando no hay acceso a servicios de reducción de daños. En algunas partes de Budapest, 7 de cada 10 usuarios de drogas tienen hepatitis C, un virus mortal causante de enfermedades hepáticas.
Drugreporter, la publicación del HCLU, una voz importante en el apoyo a los programas de reducción de daños en Hungría, ha producido un video corto y un blog sobre este asunto, captando la atención de los medios de comunicación. Un programa de televisión me invitó a un debate sobre reducción de daños con un alcalde conservador, pero éste rechazó la invitación. A pesar de que la política anti-drogas adoptada en 2013 tiene como objetivo proporcionar acceso a servicios de redución de daños "sin estigmatización", el gobierno se ha negado a hacer ninguna declaración acerca del cierre de los programas de intercambio de jeringuillas.
Las organizaciones de profesionales enviamos una carta abierta a la Asamblea General de Budapest instándoles a reabrir los programas de distribución de jeringuillas y a crear una estrategia urbana sobre las drogas y un sistema para coordinar los servicios relacionados con las drogas, ya que los distintos distritos comparten una responsabilidad común y no pueden abordar de forma aislada los problemas relacionados con las drogas.
Texto: Peter Sarosi
Video: Mátyás Kálmán