La Fundación de Helsinki para los Derechos Humanos y la Asociación para la Intervención Legal publicaron su informe "Siguen encarcelados".
El informe es un resumen de la segunda ronda de monitoreo realizado a principios del 2014 por la Fundación de Helsinki para los Derechos Humanos y la Asociación para la Intervención Legal, a petición del Ministro del Interior. El primer informe, "La migración no es un delito," fue publicada a raíz de la huelga de hambre del 2012, por parte de extranjeros custodiados en centros de detención. Este año el monitoreo pretende comprobar cómo la situación ha mejorado y si se han cumplido las promesas hechas por las autoridades públicas.
Entre los extranjeros enviados a dichos centros están personas que se encuentran en Polonia sin un permiso de residencia válido y personas que solicitan asilo como refugiados. Estas personas no son criminales.
El monitoreo realizado demostró que las autoridades polacas han tomado una serie de medidas para reformar los centros: los extranjeros tienen más libertad para moverse dentro de los centros y cuentan con acceso gratuito a teléfonos móviles; las prácticas represivas, como listas de asistencia, asistencia obligatoria a las comidas y requisas individuales y de celdas han sido reducidas parcialmente.
Aún así, lo que no ha cambiado es el aspecto de cárcel de los centros y un acceso limitado a consultas psicológicas y legales. Además, cada vez más niños son incorporados en los centros. Los menores actualmente conforman casi un cuarto de la población de los centros en comparación con el 10 por ciento registrado durante el seguimiento previo.
"Nunca estará en el mejor interés de un menor estar detenido por razones relacionadas con la migración," dice el Dr. Witold Klaus, Presidente de la Asociación para la Intervención Legal. Los niños se encuentran en centros de vigilancia rodeados de alambradas, donde las celdas tienen garrotes en las ventanas y cuentan con un acceso a la educación insuficiente. "Sin duda, estos factores no son propicios para el desarrollo del niño," añade el Dr. Klaus. Tanto la HFHR como la Asociación para la intervención Legal señalan que la detención de los niños debe ser absolutamente prohibida.
Otro grave problema es la falta de un sistema de identificación para víctimas de tortura y violencia. "Esas personas deben identificarse de manera adelantada para que nunca lleguen a los centros de vigilancia," dijo Jacek Białas de HFHR. "Además, es importante proveer a inmigrantes en centros con acceso a asistencia psicológica y psiquiátrica. Los psicólogos y psiquiatras que trabajan en centros de vigilancia tienen que ser independientes de la guardia fronteriza y tendrían que hablar más idiomas", agrega el Sr. Białas.
La supervisión también reveló prácticas que violan la dignidad de los extranjeros. Por ejemplo, aquellos que necesitan ver a un médico todavía son transportados esposados y en furgonetas de las cárceles, una experiencia humillante. Se sienten como criminales y muchos polacos los consideran como tal. Lamentablemente, la práctica de dirigirse a los extranjeros por sus números de identificación no ha sido totalmente abandonada.
Otro problema es que los extranjeros detenidos en los centros no tienen acceso adecuado a la asistencia jurídica. "La cuestión de la creación de un sistema especial para la financiación de ayuda legal para inmigrantes ha sido discutida y desarrollada durante un largo periodo. Sin embargo, no se ve ningún desarrollo aun. Las ONGs no hacen suficiente en este sentido", enfatiza el Dr. Klaus.