El impacto de la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversiones (TTIP) es potencialmente devastador.
Para los trabajadores, que podrían ser los que más pierdan. Al contrario de lo que sugiere el análisis de impacto presentado por la Comisión Europea en 2013, de que se podrían crear 4.000 empleos sólo en Bélgica, la TTIP podría de hecho costar más de 60.000 empleos en Bélgica.
Para el sector sanitario, en el que Bélgica sólo gasta el 11,2% de su PIB y aún así garantiza unas prestaciones amplias a todos sus ciudadanos. Entrará en competencia con el sistema estadounidense, donde los costes sanitarios representan el 17,1% del PIB, y sin embargo padece graves faltas de eficacia e injusticias sociales muy conocidas.
Para los consumidores, porque los niveles de calidad de los productos son menos exigentes en Estados Unidos y además favorecen a las empresas multinacionales, tal como muestra la industria de los cosméticos: en Europa hay 1.300 productos prohibidos por motivos de salud pública, mientras que al otro lado del Atlántico sólo hay 11.
Mecanismo para los conflictos
El impacto de la TTIP sobre el medio ambiente y el desarrollo también está en entredicho, especialmente en cuanto a la prevista superior protección de los inversores privados por medio del mecanismo de resolución de conflictos entre el inversor y el Estado (ISDS).
Por medio del ISDS, los inversores privados extranjeros podrán demandar a los países por cualquier ley nueva que el inversor considere que perjudica al rendimiento planificado de la inversión. Puede tratarse de leyes sociales o medioambientales que mejoren los niveles y los derechos.
El sistema de resolución de conflictos del ISDS es privado, fuera del alcance del sistema judicial nacional de Bélgica. Una victoria de los inversores puede dejar al país con una deuda multimillonaria en dólares que hay que pagar. Es una situación totalmente inaceptable y el motivo por el que múltiples organizaciones solicitan la exclusión de dicho mecanismo. La campaña NO 2 ISDS! pide a los diputados que no lo apoyen en el voto que se avecina.
Protección de datos
La TTIP es también una cuestión de derechos humanos y protección de datos. En una "sociedad del conocimiento" o en una "economía digital" el comercio de datos constituye una cuestión económica de máxima importancia para las multinacionales como Google, YouTube o Amazon. Algunas multinacionales como Axciom poseen ya archivos de datos de 700 millones de ciudadanos tanto de Estados Unidos como de Europa.
La mitad de los ciudadanos de países europeos están registrados, sin saberlo, en archivos de datos. En relación a la TTIP y al Acuerdo de Intercambio de Servicios (TiSA), que es otro acuerdo muy cuestionado que se negocia en absoluto secreto y que se centra en la liberalización de los servicios, las empresas estadounidenses están haciendo lobby para la supresión de las normas europeas relativas a la protección de datos.
Si tienen éxito, se socavará una libertad tan fundamental como es el respeto de la vida privada, por razones exclusivamente económicas. ¡De nuevo, totalmente inaceptable!
Respeto transatlántico
Hace dos años, Guy Verhofstadt, diputado belga y líder del Grupo de la Alianza de Liberales y Demócratas por Europa, solicitó que la TTIP respetara los derechos de los ciudadanos europeo tras la revelación de un robo masivo de datos llevado a cabo por la NSA.
Hace más de una año, el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, solicitó la suspensión de las negociaciones relacionadas con este debate, y Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, aconsejó a los estadounidenses que escucharan a los europeos en lugar de someterles a vigilancia masiva.
Hoy en día, mientras se siguen revelando cada vez más escándalos de vigilancia, solicitamos que se clarifiquen urgentemente estas cuestiones. Solicitamos la suspensión inmediata de las negociaciones de la TTIP que, contra todas las palabras tranquilizadoras de las autoridades, constituye un peligro grave para el futuro de los derechos económicos, sociales, culturales y medioambientales en Europa.