Mario D., un ciudadano italiano encarcelado en Florencia, ha estado en huelga de hambre durante los últimos seis meses. Protesta contra los numerosos traslados que ha padecido. "No soy un paquete", declaró. Ha estado consumiendo prácticamente solo líquidos durante seis meses y ha perdido 30 kilos. Ya no puede caminar. El problema de los traslados múltiples es importante en el sistema penitenciario italiano. La ley dice que los presos deben cumplir sus condenas cerca de casa, pero esto sucede en contadas ocasiones.