La legislación checa actual establece que los menores deben recibir seis vacunas antes de su tercer cumpleaños y deben estar completamente vacunados al entrar a la guardería. Este régimen de vacunación ha sido objeto de mucha controversia, que ahora ha vuelto a salir a la luz por la apelación de una madre ante el Tribunal Constitucional contra la vacunación forzada de su hijo.
Hace cuatro años, Barbora Zemanová, madre de Prokop, se negó a vacunar a su hijo, indicando: "quiero recurrir contra esto, porque lo percibo como algo con lo que no estoy de acuerdo. Me he dirigido a la Liga de Derechos Humanos en relación a esto". El problema comenzó cuando la guardería local se negó a inscribir a Prokop sin las vacunas necesarias.
Zemanová inició acciones legales, que han llegado hasta el Tribunal Constitucional checo. El Tribunal examinará si las secciones de la ley que prohíbe que niños no vacunados ingresen a la escuela son constitucionales. El Gabinete del primer ministro Bohuslav Sobotka ya ha emitido su informe al Tribunal, recomendando mantener la ley en su forma actual.
"No sólo se trata del derecho del niño. Sus padres deciden si quieren que sus hijos sean vacunados contra una enfermedad grave, pero es también una protección para otros niños", dijo el Ministro de Derechos Humanos y Legislación, Jiří Dienstibier (ČSSD).
El régimen de vacunación está en el corazón de un debate que ya lleva tiempo. Sus partidarios afirman que protege a otros niños: "estas medidas deben [aplicarse,] de lo contrario podremos presenciar un crecimiento de enfermedades, y solo se puede prevenir a través de la vacunación," advierte Roman Prymula, jefe de la Sociedad Checa para la Inmunización.
Pero los detractores de las vacunas apuntan a los efectos secundarios: "nuestro estado no se pronunciado en cuanto a por qué es imprescindible para nosotros, mientras que en Austria o Alemania, las vacunas no son obligatorias," dijo Rebeka Vadašová de la Iniciativa para la Libertad de Elección en Vacunación.
La cuestión de la vacunación de niños pequeños se abordó por el Tribunal Supremo Administrativo en febrero, durante un caso que le puso fin a una disputa entre el Ministerio de Salud y padres que temían los riesgos asociados con la vacunación obligatoria. Esa sentencia sostuvo que los padres deben vacunar a sus hijos, alegando que una opinión negativa sobre la vacunación y el temor de posibles riesgos no elimina la obligación.