Vigilar el racismo en Italia
"Un verano bajo el signo del racismo" es un informe de cerca de 30 páginas publicado por la Associazione Lunaria, miembro de CILD. Analiza 304 casos de racismo, tanto de violencia verbal (184 casos en total) como física, y al menos un tercio de estos comparten la discriminación por el color de la piel como factor común.
Con respecto a la violencia verbal, se ha registrado un aumento de insultos y violencia racista en el período inmediatamente posterior a las elecciones, especialmente a través de las redes sociales y otras plataformas de Internet, así como de manifestaciones públicas como letreros, carteles y publicaciones.
En los episodios de violencia física denunciados (68 casos) se empleó un número significativo e inhabitual de armas de fogueo, especialmente contra migrantes y población romaní. Sin embargo, este tipo de agresiones contra personas extranjeras ha sido despreciada por la prensa o considerada como un accidente, una diversión o un juego. Esta ola de violencia aparece en un contexto político en el que la solidaridad a menudo ha sido criminalizada por el gobierno.
El gobierno se ha comprometido a aplicar una estrategia dirigida a restringir los derechos de los migrantes, que recientemente culminó con el cierre de los puertos marítimos a las ONG que salvan vidas en el Mediterráneo, así como con la aprobación de un Decreto sobre seguridad pública e inmigración, el Decreto ley 113/2018 (también conocido como el Decreto Salvini).
Información y la respuesta de la sociedad civil
El informe plantea varias preguntas a sus lectores: ¿Está realmente extendido el racismo en Italia? ¿Está aumentando? El informe plantea que los datos yano son suficientes. En estos momentos resulta imposible determinar cuál es el nivel real de racismo en Italia utilizando únicamente datos oficiales, debido a que la mayoría de las víctimas tienen miedo y pueden sufrir problemas a la hora de denunciar agresiones o abusos.
Por eso mismo -señala el informe- es preciso analizar cómo se percibe el racismo a nivel social y cómo se presenta en la prensa. En la mayoría de los casos, estos hechos se denuncian de forma demasiado pasiva y se limitan principalmente a un hecho aislado o a disculpar a los agresores. Asimismo, resulta aún más grave el retroceso hacia un lenguaje enfático e inapropiado (como la adopción del término "clandestino"), y el empleo incorrecto de datos que, en el caso de las noticias locales, terminan estigmatizando a comunidades enteras de extranjeros.
Frente a esto, está surgiendo un nuevo activismo liderado por políticos y representantes de la sociedad civil que, a través de actos sociales y sencillos de solidaridad, constituyen un baluarte contra un racismo que crece también de forma constante.
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