La lucha antiterrorista no puede justificar que se restrinja la libertad de expresión, según una sentencia del Tribunal Constitucional belga. El tribunal estuvo de acuerdo con la Liga belga de Derechos Humanos (LDH), que presentó un recurso en febrero de 2017 contra la enmienda del artículo 140a del Código Penal belga.
Límite desproporcionado de la libertad de expresión
La enmienda iba dirigida a ampliar el ámbito de inculpación por incitación pública a cometer, ya sea directa o indirectamente, un atentado terrorista y a simplificar la producción de pruebas.
Para ello, la enmienda eliminaba, incluso en casos de "incitación indirecta", uno de los elementos fundamentales para determinar criminalidad: la valoración caso por caso del "riesgo" de los delitos cometidos a través del comportamiento de cada uno.
Por lo tanto, según el gobierno, pronunciar discursos sobre terrorismo podría, en sí, representar una incitación a cometer un atentado, incluso cuando no exista un riesgo concreto de que se cometa un delito.
En su sentencia, el tribunal observaba que la necesidad de simplificar la producción de pruebas no podía justificar el hecho de que una persona pudiera ser condenada a prisión de entre 5 a 10 años por incitación al terrorismo si no existen indicativos claros de que se va a cometer, de hecho, un acto terrorista.
El tribunal concluyó que "la disposición impugnada no es necesaria en una sociedad democrática" y que "limita de forma desproporcionada la libertad de expresión".
Una victoria para los derechos fundamentales
La Liga de Derechos Humanos recibe con alegría esta victoria para la libertad de expresión. No obstante, la organización lamenta que, una vez más, haya que ir a juicio para salvaguardar este derecho básico.
La LDH advirtió al gobierno varias veces sobre la urgente necesidad de proteger los derechos básicos, libertad de expresión incluida, en el contexto de la lucha antiterrorista. El grupo ha llegado considerar que habla con un gobierno que solo ve la lucha antiterrorista a través de la lente de aumentar las medidas de seguridad y que no se preocupa de mantener los derechos básicos.
La Liga de Derechos Humanos aplaude que la institución suprema constitucional del Estado belga actúe como guardiana de la libertad de expresión, incluso en un contexto de lucha antiterrorista.
A través de esta sentencia, el Tribunal Constitucional envía un mensaje de atención al gobierno para dejar claro que los derechos básicos siempre deberían estar en el centro de las leyes, incluso si éstas se adoptan en nombre de la seguridad nacional.