El parlamento de Hungría ha aprobado una serie de leyes el pasado 7 de septiembre para controlar el flujo de refugiados hacia Hungría, dando más poderes a la policía y estableciendo castigos más severos, que incluyen penas de prisión para quienes crucen ilegalmente la frontera. La ley declara asimismo a Serbia como un "país seguro", lo que en teoría hace imposible que los refugiados que llegan de Serbia puedan obtener asilo en Hungría.
La comisión de un delito (por ejemplo, cruzar la frontera ilegalmente) será asimismo un motivo de rechazo de cualquier solicitud de asilo. Los efectos potenciales de estos cambios no quedan muy claros en este momento.
De acuerdo con las nuevas leyes, quienes entren ilegalmente en el país a partir del 15 de septiembre serán enviados a prisión preventiva y rápidamente expulsados. Representantes gubernamentales afirmaron recientemente que se están preparando para escenarios de disturbios masivos en las próximas semanas, con la esperanza de que haya una "relativa tranquilidad para Navidad."
El primer ministro, Viktor Orbán, ha declarado en repetidas ocasiones que un "nuevo tiempo" está por llegar en el tratamiento de la crisis migratoria, aunque los efectos potenciales de los cambios no quedan muy claros en este momento.
Vean nuestro vídeo de la frontera sur de Hungría para descubrir lo que les sucede sobre el terreno a decenas de miles de personas que huyen de su patria en busca de una vida mejor.