El pasado marzo, Países Bajos celebraró un referendo sobre una nueva ley de seguridad apoyada por el gobierno y muchos partidos políticos. Pero los votantes, a través de un referendo de iniciativa ciudadana rechazaron la ley, cuyo objetivo era ceder a las agencias de espionaje del Estado el poder de llevar a cabo una vigilancia masiva.
A los políticos no les gusta que les saquen los colores, y tratan de evitarlo incluso si significa sofocar la democracia y silenciar la voz del pueblo.
Tras el resultado del referendo de marzo, el gobierno neerlandés decidió que ya estaba harto y anunció que aboliría por completo los referendos de iniciativa ciudadana, convirtiéndose así en la primera democracia en abolir un referendo desde 1928.