Tras visitar la clínica psiquiátrica Šiauliai, la Oficina del Defensor del Pueblo del Parlamento manifestó que los pacientes de la clínica no habían sido informados sobre su tratamiento y su eficacia, su medicación o incluso de que eran capaces de rechazar la intervención médica. Los pacientes no pueden recurrir su hospitalización involuntaria al no poder acudir a las audiencias judiciales. A fin de implementar la prevención nacional de la tortura, el Defensor del Pueblo recomendó que se habilitase una habitación separada para las reuniones con los familiares, y así asegurar su intimidad.