Un vivero en la ciudad de Tilburg rechazó a una mujer que solicitó un puesto de cajera por llevar pañuelo. Si la mujer hubiera estado dispuesta a trabajar sin pañuelo, le hubieran invitado a pasar una entrevista de trabajo. Según el propietario del vivero, llevar pañuelo se sale de la línea de la compañía. La ley de los Países Bajos, sin embargo, no permite rechazar a los empleados en base a sus creencias religiosas. De acuerdo al Instituto Neerlandés de Derechos Humanos, cualquier persona tiene derecho a expresar su religión, y llevar pañuelo es una forma de hacerlo.