Si has leído todas las entregas de #MeAndMyRights publicadas hasta ahora, sabrás que la UE no dispone de muchas formas de proteger los derechos humanos dentro de sus países miembros. Recapitulemos:
- Cuando la UE crea nuevas leyes o políticas, estas deben obedecer la Carta de derechos fundamentales, y cuando los países de la UE aplican una parte de la legislación de la UE (por ejemplo, los derechos que se tienen como pasajeros aéreos cuando un vuelo se retrasa o se cancela), deben garantizar a su vez que se respete la Carta (por ejemplo, no permitiendo que las aerolíneas discriminen a las personas mayores cuando les toca pagar una indemnización).
- Algunas leyes de la UE protegen derechos humanos concretos, como pueden ser la protección de datos, el derecho a la igualdad de trato, los derechos de las víctimas de delitos y de las personas acusadas de delitos. Los países de la UE tienen la obligación de aplicar esas leyes igual que cualquier otra parte de la legislación de la UE.
- A veces se utiliza la financiación de la UE para mejorar los derechos humanos (vale, tal vez no había mencionado esto antes, pero la UE es compleja y es difícil cubrirlo todo), por ejemplo, para construir escuelas, universidades, hospitales y/o para ayudar a que las personas se formen para conseguir un nuevo empleo después de haber sido despedidas.
"Amenaza sistémica"
No obstante, al margen de estas situaciones la UE nunca tuvo en realidad demasiado poder para intervenir en defensa de los derechos humanos. Con la excepción del Artículo 7. Pero sabemos gracias a la última entrega que el Artículo 7 no es muy útil a la hora de impedir que los países violen los derechos o de conseguir que una situación vuelva a la normalidad.
En 2013, los gobiernos que constituyen el Consejo de la UE pidieron a la Comisión Europea que indicara cómo puede la Unión hacer más para proteger los derechos humanos, la democracia y el Estado de derecho.
En 2014, la Comisión Europea publicó un "marco" sobre el Estado de derecho. En pocas palabras, la Comisión explicó el procedimiento que habría de seguirse en caso de que hubiera una "amenaza sistémica" para el Estado de derecho en un país de la UE.
El Estado de derecho remite a un conjunto de principios que están diseñados para evitar que un gobierno abuse de sus poderes. Entre otras cosas, el Estado de derecho exige a los gobiernos que actúen dentro de los límites de la ley y sobre todo de la constitución nacional, pero también de las normas internacionales de derechos humanos.
Por "amenaza sistémica", la Comisión entiende que los tribunales de un país no son capaces de garantizar que el gobierno actúe dentro de la ley - por ejemplo, si un gobierno se niega a obedecer una orden de un tribunal.
Cuando la Comisión activa su marco del Estado de derecho, investigará al país en cuestión, pedirá al gobierno que explique lo que ha hecho y luego hará recomendaciones para que el gobierno las siga. Si el gobierno se niega a colaborar, la Comisión no tiene ningún poder para sancionarle. Sin embargo, la Comisión todavía tiene la opción de intentar activar el Artículo 7.
Todavía no sabemos la eficacia que podrá tener en la práctica el marco del Estado de derecho. Solo se ha activado una vez, en enero de 2016 en relación a Polonia. Pero sí sabemos que la Comisión no ha activado el marco cada vez que hay un problema grave en un país: no ha utilizado el marco con Hungría o España, por ejemplo.
Exponer e informar
Después de que la Comisión anunciara su marco del Estado de derecho, algunos gobiernos de la UE en el Consejo decidieron que querían algo más. Por eso el Consejo decidió que tendría una reunión una vez al año en la que los gobiernos podrían hablar sobre el Estado de derecho.
Este proceso se conoce como el "diálogo sobre el Estado de derecho". El primer diálogo sobre el Estado de derecho tuvo lugar en noviembre de 2015. El próximo se llevará a cabo en mayo de 2016.
El primer diálogo sobre el Estado de derecho fue bastante fácil para los gobiernos. Duró solo 2 horas y media y en el mismo se pidió a los gobiernos que hablaran de algo bueno y algo malo en su propio país en lo relativo a los derechos humanos. Los países no se criticaron ni se ofrecieron ayuda o consejo unos a otros, ni tampoco se hicieron recomendaciones.
Después de la reunión, los ministros se dieron un abrazo de grupo, sacaron sus osos de peluche y se echaron una siestecita. ¡Es broma!. Si el próximo diálogo sobre el Estado de derecho sigue el mismo patrón, cuesta creer que vaya a ayudar a los derechos humanos en la UE. Hemos hecho algunas recomendaciones al Consejo sobre cómo podrían mejorar y que pueden leerse aquí.
Poder para castigar
Muchos eurodiputados no están satisfechos con el marco del Estado de derecho de la Comisión ni con los diálogos sobre el Estado de derecho del Consejo. Estos eurodiputados querrían que la Unión propusiera un procedimiento que estudiara con regularidad a todos los países miembros para que la UE pueda ayudar a identificar y corregir las violaciones de derechos.
Les gustaría que la UE tuviera poder para castigar a los gobiernos que se nieguen a seguir las recomendaciones de la Unión. Este año, el Parlamento Europeo pedirá a la Comisión Europea que haga una propuesta de ley para la creación de este tipo de sistema.
Este tipo de sistema de seguimiento es una buena idea, pero la Comisión ya ha dicho varias veces que no está interesado en la creación de nada nuevo. Así que será el Parlamento Europeo el que tendrá que proponer algo por su cuenta. Hemos elaborado algunas sugerencias para los eurodiputados que pueden leerse aquí.