Más de 500 manifestantes se reunieron en una alianza única entre los sindicatos y la sociedad civil y circundaron el Palacio de Egmont para expresar pacíficamente su oposición a la Alianza de Inversión y Comercio Transatlántico, uno de los temas claves debatidos durante la Cumbre Europea de Negocios que se celebraba en el Palacio.
A pesar de que no hubo ningún desbordamiento o violencia, la policía, con gran presencia, arrestó a unos 250 manifestantes. Entre las personas detenidas habían abogados, sindicalistas y diputados – nadie que posaba una seria amenaza a la paz y el orden de la manifestación.
A la luz de este arresto en masa arbitrario e ilegítimo (¿es factible pensar que la mitad de los manifestantes eran potenciales criminales?), la Liga de Derechos Humanos condena este nuevo ataque por parte de la policía - y más ampliamente por el Estado - contra la libertad de expresión y de manifestación.
¿Se perderán estas libertades? ¿Sufrirán la misma suerte que le espera a las normas de protección en las negociaciones de la Alianza Trasatlántica, es decir, la eliminación de obstáculos para el libre comercio y los negocios?
¿Acaso el refrán "No hay obstáculo para el comercio" se está expandiendo peligrosamente a "No hay obstáculo para ideas que crean comercio"?
La expresión pacífica de ideas que advierten de las consecuencias graves de un tratado negociado, más allá de cualquier diálogo democrático en nuestro modelo social, parece haberse convertido en una práctica extremadamente peligrosa.