En Italia, el esfuerzo conjunto de la Federación de Iglesias Evangélicas y la Comunidad de San Egidio ha conseguido garantizar la apertura de corredores humanitarios en 2016.
Llamando a las puertas de Fortaleza Europa
Muchas personas que escapan de la guerra, la pobreza y la persecución mueren continuamente a las puertas de Fortaleza Europa un día tras otro, mientras los líderes europeos se enzarzan en discusiones eternas y estériles sobre cómo abordar de forma adecuada la crisis de los refugiados.
Un flujo sin precedentes de migrantes y solicitantes de asilo viajó hacia Europa por mar en 2015. A mediados de noviembre, más de 800.000 personas llegaron a las costas europeas, sobre todo a Italia y Grecia, y en un número bastante menor a España y Malta. Según las estimaciones de ACNUR, hasta el 84% procedían de Siria, Afganistán, Eritrea, Somalia e Irak (países donde existen conflictos, violencia masiva o gobiernos extremadamente represivos).
La sociedad civil interviene
Mientras las autoridades europeas están demostrando muy poca capacidad de proporcionar soluciones, las organizaciones no gubernamentales y los movimientos de la sociedad civil han demostrado la voluntad y capacidad de intervenir y acoger a los refugiados.
Este verano en Roma, el centro Baobab, organizado y gestionado por un grupo espontáneo de voluntarios, proporcionó un albergue seguro para cientos de personas que estaban en tránsito y que de otro modo se hubieran tenido que quedar en la calle. Ahora, el centro se encuentra desgraciadamente cerrado por razones administrativas.
Ha llegado ahora el turno de la de la Federación de Iglesias Evangélicas de Italia (FCEI) y la Comunidad de San Egidio, que han unido sus fuerzas para llevar a cabo un proyecto fundamental: la apertura de corredores humanitarios que garanticen un viaje seguro a Europa y protección para las personas que se encuentren en situación de necesidad.
Corredores humanitarios
El proyecto comenzará oficialmente en enero, con la emisión de los primeros mil visados a solicitantes de asilo. De ese modo, podrán viajar a Italia de forma segura y una vez allí, presentar una solicitud de protección. Los beneficiarios de estos visados serán identificados en oficinas humanitarias específicas que están ya en funcionamiento en Marruecos y Líbano (una tercera abrirá próximamente en Etiopía, con el fin de incluir las peticiones de los eritreos, somalíes y sudaneses).
En Italia el Ministerio del Interior y el de Asuntos Exteriores han aceptado la concesión de los visados, pero la operación será gestionada y financiada íntegramente por la FCEI y la Comunidad de San Egidio, con una inversión inicial de un millón de euros procedente de donaciones privadas (sin un solo céntimo pagado por el Estado).
Teniendo en cuenta las cifras de 1.000.000 de migrantes y refugiados que llegaron a Europa en 2015, no es más que un paso minúsculo en la necesidad de encontrar soluciones a la crisis de los refugiados.
Sin embargo, no se debe subestimar la importancia del proyecto y su potencial como modelo para iniciativas análogas. Esperemos que en el año 2016 cese la construcción de muros y se empiecen a abrir cada vez más rutas seguras para las personas en movimiento.