La reforma a las prestaciones de desempleo en Bélgica, que entró en vigor el 1 de noviembre del 2012, introdujo un aumento en la digresión de los beneficios de desempleo basado en un número de factores, incluyendo antecedentes de trabajo y la duración del desempleo de un individuo. La enorme y rápida reducción en la cantidad de subsidios, ha creado una situación precaria para desempleados, y es especialmente difícil para madres desempleadas cabezas de familia (o familias monoparentales). Para muchos, una baja en el pago de prestaciones de desempleo se van a encontrar por debajo del umbral de la pobreza aceptado. De la misma manera convivientes cuya subvención de desempleo, ya de por si es muy baja, disminuirá aún más. Además, trabajadores a tiempo parcial con un ingreso garantizado corren el riesgo de perder la subvención.
Esta reforma debe derogarse: la digresión de prestaciones por desempleo va en contra del Pacto Internacional Económico, Social y los Derechos Culturales (artículos 9 y 11), así como los compromisos asumidos por Bélgica en el Convenio sobre la eliminación de toda formas de discriminación contra la mujer (específicamente el artículo 11), que reconoce el derecho de todos a la seguridad social, incluido el seguro social y la mejora continua de condiciones de vida, disposiciones que tienen un efecto de estancamiento (que esta reforma viola claramente). Además, quienes cuentan con seguridad social sufrirán cada vez mayor inseguridad, obligándolos a sobrevivir con ingresos limitados, afectando de manera adversa la autonomía de muchas mujeres.
Por otra parte, convivientes no se han librado de esta reforma del 2012. A pesar del pago de las contribuciones sin cambio en otras categorías, los convivientes, en su mayoría mujeres, continúan viendo como sus beneficios disminuyen debido a las reglas de convivencia, causando que reciban cantidades substancialmente más bajas y enfrentándose a la suspensión temprana de dichos beneficios. Esto representa una forma de discriminación indirecta a las mujeres (reconocido por la CE y el Tribunal de Justicia [C-229/89]).
Se llegó la hora de abolir la denominación de cohabitación y poner fin al decrecimiento en las prestaciones de desempleo. La Liga de Derechos Humanos y Vie Féminine están sonando la alarma: hacen un llamado al Gobierno belga para que cumpla con sus obligaciones internacionales y derogue la reforma de prestaciones de desempleo decrecientes y elimine la discriminación latente que existe hoy en día en los derechos a la seguridad social.