El comité que estudiaba hasta qué punto debía seguir siendo punible ayudar a personas sin dolor médico -pero que consideran sus vidas terminadas- a ejercer la eutanasia, no ve ninguna necesidad de enmienda. La Cooperativa Última Voluntad (CUV) no cejará en la lucha. “Si no podemos realizar un experimento con narcóticos de última voluntad para nuestros miembros, conseguiremos las pastillas sin médicos”, dijo el secretario Gert Rebergen. La CUV opta por la desobediencia civil aconsejando a las personas que quieren poner fin a su vida, y aspira así a provocar un proceso judicial.